Si el repunte de la inseguridad en los templos de Puerto Ordaz ya era alarmante, en San Félix los casos rayan en el absurdo. La ola de robos, hurtos y atracos en la parroquia Inmaculada Concepción -a tan solo una cuadra de la Alcaldía de Caroní- han sido tales que motivó a la feligresía y al párroco Humberto Merchán a ejercer su derecho a la manifestación con una “marcha silente”, que recorrió las principales calles del centro de San Félix. Correo del Caroní
“No te puedo decir cuántos robos han sido este año. ¡Han sido tantos! A cada rato están robando a la gente, saliendo de aquí”, lamentó Merchán junto con los feligreses, quienes se sienten burlados por los cuerpos de seguridad, aún sordos a sus peticiones formales de vigilancia y patrullaje.
“San Félix, ¡Despierta! No a la violencia” y “¡Alto! Somos hermanos. Únete a la lucha” eran algunas de las inscripciones que rezaban los carteles de los asistentes a la “marcha silenciosa” este domingo en la mañana.
Ese fue el nombre y el concepto escogido por los feligreses de la parroquia Inmaculada Concepción, ubicada en el centro de San Félix, para rechazar los constantes embates de la inseguridad que sufren tanto la feligresía como el templo. Las pancartas fueron las únicas que hablaron, mientras los participantes, encabezados por el párroco de la iglesia, Humberto Merchán, recorrieron varias calles del centro.
El trayecto retornó a la iglesia un poco antes de las 11:00 de la mañana, encuentro en el que se continuó sensibilizando a la comunidad sobre la importancia de disminuir los niveles de violencia.
Acecho permanente
En San Félix la situación es igual o peor a lo que viven los templos católicos de Puerto Ordaz, que también son blanco del hampa en repetidas oportunidades, con lo cual se cercena el derecho al libre culto en el municipio Caroní.
“No te puedo decir cuántos robos han sido este año. ¡Han sido tantos! A cada rato están robando a la gente, saliendo de aquí”, expone el padre Merchán, refiriendo la salida de la iglesia ubicada frente a la plaza Bolívar, de San Félix.
“Ahorita mismo le robaron la batería al carro de uno de los asistentes”, lamentó el sacerdote, añadiendo que en lo que va de año han sido más consecuentes los robos. Destaca el caso de tres jóvenes atracados y golpeados al salir de misa, así como también el robo de los equipos que ayudan con el sonido en la ceremonia.
El párroco se ha dirigido en varias ocasiones a conversar con la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía del Estado Bolívar (PEB), pero no recibe respuesta en cuanto a patrullaje para resguardar la casa de Dios. “Solicitamos un vigilante para el miércoles de ceniza y otro para la actividad de este domingo y aquí no hay nadie”, reclamó Merchán, refiriendo que, frente a la dejadez de los funcionarios “hemos sido objeto de burla”.Los horarios más peligrosos para transitar en la iglesia y sus alrededores son de 7:00 a 10:00 de la mañana, y de 4:00 a 6:00 de la tarde según el padre Merchán, que reveló que “aquí vienen las mujeres que roban en las tiendas del centro (de San Félix) y se cambian dentro de la iglesia. Ha habido intentos de violación en la capilla. ¡Hasta cuándo tanta violencia!”.
Llaman a la conciencia
La actividad de este domingo no solo buscaba llamar la atención de las autoridades locales y regionales en cuanto a la inseguridad, sino también animar a las comunidades a organizarse y ser los principales promotores de paz y valores.
En el encuentro realizado en la iglesia, luego de la marcha, varios feligreses compartieron sus experiencias personales de los robos que han sufrido; entre ellos, el presidente de la fundación San Félix en Positivo, José Guevara, quien insistió en los esfuerzos que realiza este organismo por promover un cambio en el otrora Puerto de Tablas.
“No solo se trata de la iglesia. La inseguridad asecha el malecón (de San Félix), el santuario, la plaza (Bolívar)” insistió Merchán, alertando sobre la falta de formación ciudadana en el municipio.
Los carteles, protagonistas de la protesta pacífica, también exaltaban el clamor de toda la población que habita en una de las ciudades más peligrosas del país, con la frase “No más violencia” y pidiendo “Respeto al derecho a la vida”.