Sobre la base de un análisis y conclusiones similares, los líderes del movimiento denominado el año pasado como “La Salida”, hicieron unos días más tarde una declaración conjunta que apuntaba en la misma dirección, señalando que, dadas las circunstancias, la renuncia sería una opción para Maduro dada su manifiesta incapacidad y en aras de no seguir dañando al país. De igual forma, en esos mismos días los partidos Causa R y COPEI plantearon propuestas para acelerar un cambio de Gobierno, siempre en el marco de la Constitución. También numerosos articulistas y generadores de opinión se unieron a este sentir y, en general, el debate sobre la renuncia de Maduro tomó cuerpo en la opinión pública, a pesar de todas las limitaciones que hoy tenemos en el país para expresarnos libremente.
Es así como surge entonces el Acuerdo Nacional para la Transición, suscrito por María Corina Machado, Antonio Ledezma y Leopoldo López, los tres líderes de la Alternativa Democrática que más han calado y crecido en respaldo popular en el último año según todas las encuestas. En este documento se insiste en los argumentos evidentes de que la crisis sigue profundizándose y que el gobierno luce incapaz de resolverla, por lo que, ante la posibilidad de un desplome abrupto que pueda alterar la paz de la República, es indispensable echar las bases de una transición pacífica y democrática que permita mantener el orden y el hilo constitucional, además de apuntar hacia la reconstrucción nacional. No hay en ninguna parte llamados a golpes de Estado o búsqueda de atajos. Se trata de la constatación de una realidad que está a la vista de todos, complementada con una propuesta que, por el contrario, tiene como objetivo evitar que las aguas se salgan del cauce.
Pero al Gobierno le dolió demasiado este documento que lo pone al desnudo, así como la audaz entrevista que Leopoldo López le dio a Fernando del Rincón por CNN y que fue transmitida el día que cumplió un año de estar injustamente detenido. El efecto de ambas cosas era demasiado para este régimen deslegitimado y moribundo, por lo que se decidió avanzar un paso en el guión de la represión y detuvieron arbitrariamente al Alcalde Ledezma. Esta medida tiene, desde nuestra óptica, dos objetivos muy claros: seguir sembrando miedo en la población en general y los activistas políticos en particular, por un lado, y desviar la atención sobre los graves temas económicos y sociales, por el otro.
En dado caso, es pertinente destacar aquí la improcedencia clara del delito de conspiración. No sólo por las razones obvias que se han destacado de que se trata de un documento publicado en prensa, explicado en declaraciones, etc., sino por el elemento medular de que no hay ninguna intención velada o expresa de destruir la forma republicana de Gobierno establecida en la Constitución. Por el contrario, quienes suscriben este acuerdo han luchado y siguen luchando por restablecer la forma republicana de gobierno, ya que quienes nos gobiernan acabaron con la división de los Poderes, la libertad de expresión, el respeto a la disidencia, la aceptación de la pluralidad de ideas, la administración de Justicia y, en fin, crearon prácticamente una suerte de monarquía de carácter totalitaria al margen de la Constitución.
Dicho esto, el llamado es a organizarnos tanto para las elecciones parlamentarias como para seguir protestando por la crisis y la ineficacia gubernamental al tiempo que exigimos la renuncia de Maduro. La alternativa democrática debe, como bien dijo Ledezma, atender el escenario electoral y prepararse para ganar los próximos comicios parlamentarios, pero también es pertinente que discuta y empuje la posibilidad de exigir al unísono dicha renuncia. A eso le añadimos desde esta tribuna que para que esta iniciativa tenga éxito, debemos impulsarla unidos, resteados y en la calle.
*Diputado al Consejo Legislativo Regional de Miranda y Directivo del CPFC
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