El regreso del embajador de Venezuela en España responde a la “práctica normal entre países que tienen relaciones diplomáticas”, declaró hoy el ministro español de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo.
García-Margallo recordó que Venezuela decidió retirar a su embajador a raíz de que el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, se reuniera, en su condición de presidente del Partido Popular (centroderecha) con la esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López por “razones humanitarias y fácilmente comprensibles”.
“Tomaron esa decisión, que me pareció no proporcionada, y han decidido ahora que el embajador vuelva”, dijo el ministro en declaraciones a los periodistas en la ciudad de Alicante (sureste).
Añadió que entre el 1 y el 3 de marzo visitará Madrid un grupo de representantes del movimiento que apoya al Ejecutivo venezolano para explicar “las bondades de su sistema político y económico”.
García-Margallo consideró que retirar al embajador es una “medida extrema que sólo se justifica cuando ha habido un contencioso significativo” y señaló que no le pareció entonces ni ahora “que recibir a la mujer de un representante del pueblo venezolano que está en prisión sea motivo para romper relaciones”.
El Gobierno español respeta el ordenamiento interno de Venezuela, pese a lo cual tiene libertad para tener relación con todos partidos con representación en ese país, según el ministro.
Respecto a la situación de Venezuela, García-Margallo se refirió a la muerte, el pasado martes, del estudiante Kluivert Ferney Roa Núñez, de 14 años, por arma de fuego durante una manifestación en la ciudad de San Cristóbal, en el estado Táchira (oeste de Venezuela).
García-Margallo comentó que este suceso se produjo en un contexto “enrarecido”, tras la detención del alcalde de la capital venezolana, Antonio Ledezma, y en torno al primer aniversario del encarcelamiento de Leopoldo López.
El ministro dijo que España apoya la oferta de Unasur para que el grupo de cancilleres de Ecuador, Colombia y Brasil vuelva a reunirse con el gobierno y la oposición venezolanas “para intentar propiciar un clima de diálogo y restablecer la paz ciudadana”.
El ministro afirmó que 2015 será “capital” para Venezuela, ya que hay previstas unas elecciones legislativas que pueden servir para “despejar el horizonte”.
El Gobierno español considera que “la solución a la crisis venezolana debe pasar por la adopción de medidas de ortodoxia económica y por la apertura de espacios de diálogo gobierno-oposición”.
De esta manera, apoya la mediación de Unasur y aboga por “una solución dentro del respeto a la Constitución y a las leyes, y por que se reconozca el legítimo papel que debe desempeñar la oposición en todo sistema democrático”.
Sobre las empresas españolas en Venezuela, García-Margallo explicó que el Ejecutivo español sigue “con enorme atención” la situación aunque no siente “especial preocupación”.
Esto es así porque estas compañías “están contribuyendo al desarrollo y prosperidad” de Venezuela en un momento de dificultad por la caída del precio del petróleo, y porque “es obvio que atacar o dificultar la marcha de esas empresas sería claramente darse un tiro en el pie”.
Preguntado por la posición del partido de izquierda español Podemos sobre Venezuela, calificó de “significativo” que esta formación no haya participado en las dos discusiones celebradas en el Parlamento europeo en torno a la situación de ese país, una el pasado diciembre y la segunda este miércoles. EFE