La presidenta argentina, Cristina Fernández, en la recta final de su segundo mandato, renovó hoy parte de su Gobierno con dos designaciones de personas de su máxima confianza en puestos claves.
Jorge Capitanich, hasta ahora jefe de Gabinete, será sustituido por Aníbal Fernández, actual secretario de Presidencia, cargo que pasará a manos de Eduardo Wado de Pedro, dirigente de la organización juvenil kirchnerista La Cámpora, bastión del voto joven oficialista.
Aníbal Fernández estuvo a cargo de la jefatura de Gabinete de Ministros de 2009 a 2011, durante el primer gobierno de la mandataria argentina, pero abandonó ese el puesto para encabezar la lista de senadores del oficialismo por la provincia de Buenos Aires.
De Pedro viene de integrar el bloque oficialista de diputados en el Congreso argentino y es uno de los principales referentes de la agrupación juvenil La Cámpora, dirigida por el hijo de Cristina Fernández, Máximo Kirchner.
Otro de los cambios anunciados hoy lo protagoniza el ministro de Salud argentino, Juan Manzur, que dejará su puesto a Daniel Gollan, quien se desempeñaba como secretario de Salud Comunitaria en la cartera sanitaria.
Manzur buscará pelear la gobernación de la provincia norteña de Tucumán, de la que actualmente es vicegobernador en uso de licencia desde 2009, cuando llegó al ministerio de Salud.
En la misma línea, Capitanich, gobernador de Chaco (norte) en uso de licencia, reasumirá su puesto como mandatario provincial mientras aspira a competir por la alcaldía de Resistencia, la capital chaqueña, en las próximas elecciones.
“Para mí es un gran compromiso seguir trabajando, por supuesto, con mi compromiso político con mi provincia y me encantaría, por supuesto, ser intendente (alcalde) de Resistencia”, afirmó hoy el funcionario, que ha sido severamente cuestionado por la oposición durante su gestión y ha sufrido un serio desgaste.
Capitanich llegó a la Casa Rosada en noviembre de 2013, en otro importante cambio de Gobierno realizado por Fernández luego de que las elecciones legislativas de medio término resultaran adversas al oficialismo.
Los cambios en el Gobierno, realizados cuando faltan ocho meses para las elecciones, fueron anunciados por el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, en una sorpresiva comparecencia en la que confirmó que jurarán sus cargos hoy mismo.
Los nombramientos fueron cuestionados por la oposición, que interpreta los cambios como un intento de la presidenta por reforzar su entorno más cercano.
La diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió cuestionó la designación de Aníbal Fernández como jefe de Gabinete y la vinculó al caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman, al afirmar que, como la presidenta argentina, el funcionario “desarrolla la teoría del complot”.
A través de su cuenta en la red social Twitter, Carrió consideró que, con estos cambios, la presidenta y sus colaboradores “volverán a establecer la teoría del suicidio” que “desarrollaron la noche del crimen”.
La diputada del bloque Unión-Pro Patricia Bullrich opinó que Aníbal Fernández “es un vocero que tenía más recursos de los que podía tener Capitanich” y dijo que la designación de Wado De Pedro como secretario de Presidencia es una búsqueda de “refuerzo” por parte de la mandataria argentina.
“La Cámpora es el blindaje de la presidenta en todos lados, es donde la presidenta se refugia, porque sabe que es un grupo vertical a la presidenta y, de algún modo, Wado de Pedro es uno de los jefes de la Cámpora”, declaró Bullrich a medios locales.
En las elecciones presidenciales en Argentina, el 25 de octubre, competirán los candidatos que surjan de las primarias del 9 de agosto, en las que los partidos deben obtener al menos un 1,5 % de los votos para presentarse a las generales. EFE