El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, afirmó hoy en Santiago de Chile que la libertad de expresión es uno de los requisitos fundamentales para el ejercicio de la democracia.
“Si los seres humanos no tienen la libertad de pensar como les parece y además expresarlo, entonces los demás requisitos de la democracia están vacíos”, sostuvo Insulza en un seminario organizado por el Consejo Nacional de Televisión chileno.
Insulza precisó que si bien ha habido avances en muchos países, como aquellos vinculados a la eliminación de las leyes de difamación que permiten perseguir a los comunicadores por sus publicaciones, aún hay restricciones al pluralismo en varios países de la región.
“Hay limitaciones arbitrarias por parte de quienes ejercen el poder a través de presiones sobre los medios o regulaciones innecesarias”, afirmó.
Indicó que actualmente en la relatoría sobre libertad de expresión de la OEA hay 25 procesos abiertos, que van desde acusaciones a periodistas supuestamente por aterrorizar a la población al informar hechos de violencia hasta difamación.
El secretario general de la OEA afirmó también que la mayoría de los estados miembros de la organización no ha adecuado sus legislaciones a estándares internacionales que garanticen el libre flujo de información.
Detalló que existen otros métodos que afectan el pluralismo en el caso específico de la radio y la televisión, como el otorgamiento o cancelación discrecional de concesiones.
Apuntó que aunque en la mayoría de los países la entrega de concesiones se aborda de forma neutral, hay algunos en los que se han cancelado licencias de televisión y radio, “lo que también es un atentado a la libertad de expresión”.
Además expresó su preocupación por el grado de concentración de propiedad de los medios que se registra en algunos países de la región, al igual que por la violencia a la que está sometida la prensa en otros por la acción de bandas criminales.
“El año pasado tuvimos 18 casos de homicidios de periodistas en distintos países de América como claro producto de lo que habían publicado”, ejemplificó.
Recalcó que ello empeora el clima contra la prensa y se traduce en que en varios Estados el periodismo se ha convertido en una profesión peligrosa.
EFE