La trinchera de la ULA-Táchira desde adentro

La trinchera de la ULA-Táchira desde adentro

Foto Jorge Castellanos/ La Nación
Foto Jorge Castellanos/ La Nación

Hoy se cumple una semana de la ocupación del núcleo Táchira de la Universidad de Los Andes por parte de un grupo de jóvenes que se identifican como estudiantes de esa y de otras instituciones del estado, quienes alegan que se encuentran en la sede “luchando por el país, y protegiendo las instalaciones del recinto académico”, así lo publicó La Nación

Laura Sobral

Desde afuera solo se logra apreciar a los jóvenes que, con el rostro cubierto, hacen guardias en la avenida Universidad, en los muros, en varios puntos para vigilar a quienes intentan acercarse y, sobre todo, para prevenir la llegada de los cuerpos de seguridad. La vía se encuentra cerrada con diversos obstáculos como piedras, equipos de computación en desuso, cauchos, ramas y malla metálica; pero adentro la realidad es otra.





Este martes, en exclusiva, un equipo de Diario La Nación logró ingresar a las instalaciones de la ULA-Táchira y recorrer los espacios donde hace apenas una semana se impartían con normalidad las clases a unos 6 mil estudiantes de esa institución, y que hoy son la trinchera de protesta de un grupo de jóvenes.

Al conversar con las personas adentro de la ULA, uno de los primeros temas que mencionan es: “hoy se cumple una semana del asesinato de Kluiberth Roa, y nosotros nos mantenemos aquí en protesta por ese crimen y por todos los que se cometen a diario en el país; queremos un cambio para Venezuela y estamos luchando para lograrlo”, dicen con sus rostros cubiertos, pero sus rasgos evidencian que algunos apenas superan los 20 años de edad.

Están sentados en las bancas del hall, otros descansan un poco en las escaleras de ese mismo espacio, dos un poco más allá tratan de abrir una lata de atún para comer, algunos colaboran con la limpieza, así fue la escena de cómo transcurría la mañana del martes 3 de marzo en la ULA, que lucía un ambiente casi de supervivencia.

A un costado del mural, en la entrada principal de la institución, exhiben los estuches de bombas lacrimógenas y cartuchos de perdigones que aseguran les han lanzado; con esas mismas municiones hicieron una cruz y escribieron “Dios”. Otro trofeo del que hacen gala, son los escudos de la Policía que les han quitado durante los enfrentamientos; las paredes están repletas de pequeños carteles con mensajes: “Prefiero estar bravo en una protesta que pendejo en una cola”.

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