No son palabras normales para darle la bienvenida a tres cancilleres que se supone accionan de manera independiente y de buena fe. Son palabras que pretenden secuestrarlos asignándoles un rol que países soberanos no deberían aceptar. Dios no forma parte de UNASUR.
Durante cincuenta años, hasta el inicio de esta infame dictadura Chavista-Madurista, Venezuela fue el mejor aliado de la región en la defensa de sus libertades y derechos. Hemos sido sin embargo victimas del acomodo, de la indiferencia y falta de solidaridad. Realidades que no escapan a su conocimiento, como tampoco a sus responsabilidades regionales.
Llegan a nuestro país en su peor circunstancia histórica. Sometido a una dictadura militarizada comprometida con algunas de las peores causas de la humanidad. Entre ellas las del narco tráfico como bien conocen ustedes. En 16 años hemos degenerado de petroestado a narco estado.
Maduro con su aliado Samper pretenden utilizar a UNASUR para perpetuar la complicidad y el acomodo de la región a una dictadura que controla todos los poderes públicos que utiliza para perseguir, atropellar, apresar y hasta matar muchachos de 14 años bajo el amparo de un decreto que le permite a las fuerzas armadas y policiales el uso de armas letales para enfrentar a manifestantes. Decreto inspirado en el implementado por Muamar Gadafi que le valió de inmediato la orden de arresto de la Corte Penal Internacional.
Si ustedes vienen para cumplir un rol a favor del rescate de la libertad y de la paz en nuestro pais deben de partida establecer públicamente su independencia y buena fe no solo ante nosotros los venezolanos sino ante el mundo que observa con atención el resultado de su visita. Y esto solo seria posible si exigen visitar en la cárcel donde mantienen secuestrados a tres lideres de la democracia: El Alcalde Metropolitano de Caracas Antonio Ledezma, al líder de Voluntad Popular Leopoldo López y al Alcalde de San Cristóbal Daniel Ceballos .
De negársele como ocurrió a los ex Presidentes Pastrana de Colombia, Sebastian Piñera de Chile y Felipe Calderón de México deberían retornar a sus países. De otro modo ninguna de sus acciones en Caracas tendrían validez -y en lugar de contribuir a la promoción de la democracia venezolana estarían contribuyendo activamente a su entierro. Poco digno de países tan respetables y queridos como los que ustedes representan hoy.
A la luz de las declaraciones de Maduro y de Samper parece indispensable recordarles que el Tratado constitutivo de UNASUR (al igual que la Carta Democrática Inter americana; y del Protocolo de Ushuaia sobre el Compromiso Democrático) reafirma: ”La plena vigencia de las instituciones democráticas y el respeto irrestricto de los derechos humanos son condiciones esenciales para la construcción de un futuro común de paz y prosperidad económica y social y el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados Miembros”
Es evidente- y ustedes lo saben muy bien que el régimen venezolano no cumple para nada con estas exigencias sino que representa en su accionar todo lo contrario a los propósitos que se supone animaron a crear UNASUR.
Del mismo modo no debería pasar desapercibido para ustedes la denuncia presentada hoy en Ginebra por el alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein ante el Consejo de Derechos Humanos al referirse a la situación de nuestro país. Declaró: “Sigo muy preocupado por el deterioro de la situación de los derechos humanos en Venezuela, particularmente las duras respuestas del gobierno a las críticas y expresiones pacíficas de discrepancia, y el uso de la fuerza letal contra manifestantes es muy preocupante”
Distinguidos Cancilleres:
No cabe mediar entre una población desarmada y pacífica y un régimen montado sobre las armas de la república al punto que el actual Ministro de la Defensa declaró públicamente: “las fuerzas armadas son profundamente Chavistas. Chavez es nuestro comandante eterno y supremo”. Corresponde y sería su deber mediar es con el régimen para que cese la persecución, las amenazas y el arresto de personas que los adversamos activamente pero en paz . Y que respeten los principios de UNASUR
Con toda deferencia,
Diego E. Arria
5 de marzo de 2015