El Gobierno presenta todos los días, cual novela, capitulo a capitulo presuntos planes magnicidas, develando a supuestos terroristas vinculados, sin pruebas y con exceso de edición, a líderes opositores y al gobierno de los Estados Unidos. Acusan irresponsablemente a Voluntad Popular de infiltrar encapuchados en las protestas pacíficas y democráticas con el fin de crear caos y propiciar un presunto golpe de Estado, pero, sobre la real situación en las fronteras, prefieren no pronunciarse.
Por la vía del contrabando de gasolina hacia Colombia, tráfico que el régimen no ha podido detener, se han perdido tres mil 600 millones de dólares, según reconoció en su Memoria y Cuenta el vicepresidente Jorge Arreaza, esta cantidad es equivalente al 1,3% del Producto Interno Bruto (PIB).
El Gobierno se niega a desmontar las mafias de la frontera, sin embargo sus fieles seguidores reclaman explicación sobre el contrabando y la corrupción en la frontera. Esta semana los líderes del grupo Marea Socialista exigieron la revisión de las cuentas bancarias y los bienes de los funcionarios que están en la zona fronteriza, sin que hasta el momento ningún funcionario del Ejecutivo Nacional se haya pronunciado. No hay respuesta oficial.
Le están haciendo un boquete a las arcas de la Nación y nadie les pone un parao a los militares que están en la frontera, y que de manera complaciente, permiten el paso de decenas y decenas de gandolas cargadas de gasolina y camiones con toneladas de alimentos que son revendidos en el vecino país.
Nos parece que más que “militares incorruptibles” como denominó Diosdado Cabello al grupo de funcionarios castrenses que resguardan la frontera, hay un grupo de “intocables”, que siguen permitiendo y se siguen beneficiando del “bachaqueo”. Con todas las denuncias que hemos hecho sobre el paso ilegal de 70 millones de litros de gasolina al mes a la nación neogranadina no ha sido investigado ningún militar, solo están rindiendo cuentas José Luis Parada y Gladys Parada.
No existe una política clara de investigación sobre todos los hechos ilícitos que ocurren en la frontera, no hay voluntad política para poner fin a la corrupción que allí se evidencia. Las autoridades insisten en buscar a los “bachaqueros” en la capital zuliana, siguen calificando a las amas de casa que hacen largas colas en las afueras de los supermercados, bajo el sol inclemente como contrabandistas por adquirir dos paquetes de harina de maíz. Los zulianos seguimos siendo víctimas de los “bachaqueros” oficiales y de la ineficiencia e irresponsabilidad del régimen para detener el contrabando de extracción. Y como hemos señalado acá los principales “bachaqueros” están al frente del Gobierno regional y nacional y muchos de ellos visten de verde.
@LesterToledo