El régimen bolivariano le ha dado un nuevo significado al viejo adagio “si no puedes vencerles, únete a ellos”, comprando a los medios de comunicación que no pudo acallar a través del acoso, la intimidación y la recurrente amenaza de cerrarlos, publica El Nuevo Herald.
Antonio María Delgado
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Un informe elaborado por el Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys) mostró que “empresarios amigos” del régimen han adquirido más de 25 medios de comunicación en Venezuela, lo que condujo a un claro cambio en la línea editorial de los periódicos, las estaciones de radio y los canales de televisión adquiridos.
En muchos casos, las operaciones fueron realizadas bajo constante presión y amenaza sobre los medios, comentó Emilia Díaz-Struck, quien coordinó la investigación en la que participaron más de 30 periodistas.
Un número significativo de medios en el interior del país fueron adquiridos por representantes de “los poderes regionales”, al tiempo en que la estatal petrolera PDVSA también dejó su huella en la tendencia, financiando algunas de las operaciones.
La tendencia ha conducido a la gradual desaparición de las unidades de investigación de los medios y de los columnistas con influencia en la opinión pública.
“Es obvio que [todo esto] favorece a un periodismo que está bastante alejado de la pluralidad, bastante alejado de lo que sería un periodismo más independiente, y que está favoreciendo a un periodismo que evita la controversia”, expresó Marianela Balbi, directora ejecutiva de Ipys Venezuela.
“No cabe ninguna duda de que estos cambios de propiedad en los medios están influyendo en unas líneas editoriales planas, absolutamente domesticadas, y que favorecen los lineamientos informativos del Ministerio de Información y de Comunicación”, agregó Balbi.
Las investigaciones –realizadas conjuntamente por el Ipys, y los equipos de reporteros de las páginas de noticias Poderopedia y Armandoinfo– muestran cómo la estatal PDVSA hizo uso de su chequera para silenciar a varios medios de comunicación en Venezuela que operaban en el interior del país.
“Lo cierto es que a través del Programa de Empresas de Producción Social (EPS), PDVSA se hizo del control de canales de televisión y periódicos. Son los casos, por ejemplo, de Catatumbo TV, en el estado Zulia (Occidente del país, frontera norte con Colombia), de Televisora de Oriente (TVO), en Anzoátegui, y del diario El Oriental, en Monagas (los dos últimos en la región noreste de Venezuela)”, reportó el informe.
“En los casos de Catatumbo TV y El Oriental, en el propio registro mercantil de esas empresas se sella el convenio con la petrolera, mientras que en el de TVO, las millonarias cuentas por publicidad y por otros servicios prestados a PDVSA se convirtieron en la práctica en la razón de ser de la televisora, que rubrica su compromiso con una programación dedicada a la imagen de la corporación. Sea como sea, el hecho es que la empresa viene mostrando un interés inusitado por controlar los medios en sus áreas de influencia”, agregó.
Las recientes ventas de El Universal y de la Cadena Capriles –siendo el primero uno de los diarios más antiguos del país, y el segundo el dueño del diario de mayor circulación, Ultimas Noticias— también propinó un duro golpe al derecho de los venezolanos de estar informados.
Las transacciones, que fueron realizadas en secreto y a través de testaferros, condujeron a un inmediato cambio en las líneas editoriales de ambas publicaciones, comenzando primero con la gradual salida de los columnistas que solían ejercer gran influencia sobre la opinión pública.
En el caso de la venta de Globovisión, que hasta ese momento era considerado el único canal de noticias independiente en Venezuela, la operación condujo a la eliminación de lo que era la única unidad de investigación de televisión que continuaba operando en el país sudamericano.
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