Colombia defendió hoy en Viena ante Naciones Unidas la necesidad de “una revisión profunda” de la estrategia internacional de lucha contra las drogas para hacerla “más humana y eficiente”, y limitar las respuestas exclusivamente represivas.
“Las políticas de drogas no están dando los resultados esperados y por lo tanto no pueden continuar sin modificaciones”, declaró hoy Yesid Reyes, ministro de Justicia de Colombia, ante la Comisión de Narcóticos de la ONU.
“Declaramos una guerra que no se ha ganado, por lo tanto se hace imperativo idear, proponer y acordar a nivel global nuevos enfoques que nos permitan enfrentar el problema de las drogas de manera más efectiva”, agregó el ministro.
Reyes subrayó que la sesión de la Asamblea General de la ONU de 2016 sobre políticas de drogas es una “oportunidad única” para adecuar las respuestas internacionales al cambiante mundo de los estupefacientes.
“Debemos poner en el centro de las políticas de drogas a las personas, sus derechos, su salud y su bienestar”, recalcó, para añadir que “el respeto por los derechos humanos debe ser el eje esencial de la formulación de cualquier política sobre drogas”.
“El complejo mundo de las drogas es dinámico y por eso las políticas para enfrentarlo deben de tener capacidad de adaptación”, destacó ante centenares de delegados de la reunión de la ONU que se inició hoy en Viena.
“La capacidad de adaptación del mercado de las drogas a las respuestas estatales ha demostrado ser más ágil y dúctil que nuestros programas para enfrentarlo”, lamentó el ministro colombiano, que demandó más “flexibilidad” a las normativas internacionales.
“El problema de las drogas en Colombia se ha transformado en sus distintas dimensiones, no podemos seguir aferrados a una visión monocromática centrada en una reducción de la demanda de cocaína más allá de nuestras fronteras”, declaró.
El ministro de Colombia también defendió la necesidad de no aplicar la justicia penal a “los eslabones más débiles” del narcotráfico.
“Colombia hace un llamado para que la utilización de las normas penales sean la excepción y no la regla, reservándola para los componentes más fuertes del complejo mundo de las drogas”, dijo.
“El derecho penal, que es la forma más drástica de control social, debe ser el último recurso para enfrentar la problemática de las drogas frente los eslabones débiles de la cadena del narcotráfico y reservarse para las conductas que más perjuicio causen”, afirmó.
“El consumo de droga debe ser abordado desde una perspectiva de salud pública, poner el énfasis en la prevención, no estigmatizar a los usuarios y reconocerles sus derechos”, afirmó.
El ministro destacó que “la represión de la economía ilegal de las drogas es una herramienta insuficiente”, ya que “es necesario abordar el problema de manera integral a partir de la identificación de las vulnerabilidades territoriales y sociales”.
La Comisión de Narcóticos es el órgano de Naciones Unidas encargado de deliberar sobre las políticas internacionales de drogas y su actual reunión se prolongará hasta el próximo 17 de marzo. EFE