Las primeras veces siempre serán especiales. Para bien o para mal son experiencias irrepetibles, de esas que recordaremos toda la vida. Cuántas veces te has repetido a ti mismo eso de “si entonces hubiera sabido lo que sé ahora, otro gallo cantaría”. Pues con los viajes sucede tres cuartos de lo mismo, si no mi estantería no estaría repleta de guías de viaje o me pasaría hora leyendo blogs para intentar no meter la pata en mi próximo destino. Elpachinko.com
Si estas pensando en viajar a África para ver animales salvajes espero que te ayuden estos ocho consejos útiles para disfrutar de tu primer safari.
Un buen guía marca la diferencia en un safari
Lo más importante en esto de los safaris es ver animales salvajes en su hábitat natural. Recuerda que eres novato en estas lides, así que da igual que te hayas tragado más documentales de La 2 que el propio Jordi Hurtado, por mucho que lo intentes te será muy complicado encontrar a las fieras, sobre todo si estás en un parque natural donde no te dejan salir de las pistas. En nuestros días de safari por el Parque Kruger de Sudáfrica vimos a los “Big 5? en menos de 24 horas y eso fue porque nuestro guía se conocía el terreno como la palma de su mano (¡Gracias Aventura Africa!).
Para hacer fotos… a mí me gustan grandes
¿Os imagináis un viaje sin fotos? Ahora nos llevamos el móvil a todas partes y casi en cualquier rincón del mundo verás gente haciéndose un selfie (con o sin palo). En la jungla los animales los ves a cierta distancia, en principio por seguridad (nadie quiere convertirse en el desayuno de un león) y también para no molestarles. Recuerda que estás en su casa. Es por ello que lo más apropiado es contar con un equipo fotográfico con un zoom potente, mínimo un 300 mm. Hoy en día hay compactas y cámaras de vídeo con zooms acojonantes, no es una mala opción si queremos ir ligeros de equipaje. Si lo tuyo no son las fotos, no olvides pillar unos prismáticos.
Vestir de camuflaje… o casi
¿Qué demonios haces con esa camisa hawaiana? Por si un coche gigantesco y los litros de colonia que te has echado antes de salir del lodge no fueran suficientes para ahuyentar a media selva, vas y te vistes como el pequeño Nicolás para acabar la juerga en un after de Madrid. Con esas pintas no hay animal que no se haya percatado de tu presencia, así que han decidido huir de ti como la peste. Ahora en serio. Mejor vestir con tonos neutros y pasar lo más desapercibido posible. Si no asustas a los elefantes o guerpardos la experiencia del safari será mucho más placentera.
¡Por qué no te callas!
La verdad es que poner una frase de Juan Carlos I no es muy acertado cuando hablamos de safaris, que se lo pregunten si no a los pobres elefantes de Botswana. Esto es incluso más importante que lo de no llevar camisas hawaianas o echarse litros de colonia. El silencio ayudará a que las fieras no salgan por patas, pero también es importante para que te des cuenta de que estás en un lugar mágico y viviendo momentos realmente irrepetibles. Apaga el móvil, disfruta de la experiencia y de paso respeta a los animales y a tus compañeros de coche. Si hablas durante una puesta de sol africana te mereces ser la cena de ese leopardo que se acerca por allí sigilosamente.
A quién madruga… le toca mejor sitio en el coche
Los madrugones están a la orden del día en los safaris. Creo que en mi vida me había despertado a las 4 para nada (no sabía ni que el despertador tenía esa opción)… excepto para ver bichos en el viaje a Sudáfrica. Empezar la jornada tan temprano aumenta las posibilidades de éxito del safari, pero también si estás listo antes te podrás colocar en las mejores posiciones del coche. En este caso no hay duda, ventana es mucho mejor que pasillo. Ah, y no olvides meter un polar o una chaquetita para las primeras horas del día… en la jungla también refresca.
Cada safari es distinto… prohibido pestañear
La sensación de euforia con la que llegué al lodge mi primera tarde de safari fue equiparable a la del ridículo gritito de Cristiano Ronaldo tras recoger su tercer Balón de Oro. Me pensaba que tras ver 4 “big 5? en pocas horas ya estaba todo hecho. ¡Iluso! Cada salida fue totalmente distinta a la anterior y aunque en algunas ocasiones vimos las mismas especies de animales, nunca las sensaciones fueron las mismas. La naturaleza ofrece el mayor espectáculo del mundo y pueden suceder cosas extraordinarias cuanto menos te lo esperas. Si pestañeas o te confías te lo pierdes.
Nunca bajes del coche sin permiso… seguridad ante todo
Emoción, ilusión, libertad, alegría, respeto, ternura… son algunas de las palabras que pueden definir las muchas sensaciones que tuve explorando el Parque Kruger de Sudáfrica en aquellos coches. Peligro no fue ninguna de ellas gracias a que respeté en todo momento las indicaciones del ranger. Sólo bajamos del coche cuando él decía que podíamos hacerlo. Si has visto una manada de leonas acercarse sigilosamente entre la maleza sabes que hay que tenerles mucho respeto. Lo contrario sería tentar a la suerte y acabar siendo su cena. Los safaris son muy seguros si haces caso a los guías y no juegas a ser Indiana Jones. No olvides tampoco un buen repelente contra los mosquitos. Eres uno de sus platos favoritos.
Escoge un buen alojamiento… te lo has ganado
Los días de safari son muy emocionantes, pero también agotadores. Sueles levantarte muy temprano y estás en tensión constantemente por las ganas que tienes de ver animales salvajes. Si el lodge que escoges tiene ducha caliente y un buen cocinero será genial, pero si además está ubicado en el corazón de una reserva privada y puedes escuchar los sonidos de la jungla durante la noche… ya es la leche. Yo en el Parque Kruger me quedé en Cheetah Plains, un lodge de 10. Eso sí, ni se te ocurra salir a dar un paseo por la noche si no quieres acabar en la tripa de uno de los ‘big 5?.