Los tumores neuroendocrinos son una patología compleja, que representa una dura prueba para los pacientes y retos para la comunidad científica, por su difícil diagnóstico. Es necesario educar a la sociedad respecto la existencia y peligrosidad de esta patología, ya que es considerada un cáncer de baja prevalencia, aunque cada vez más frecuente. Sus manifestaciones pueden ser confundidas con las de otras enfermedades, lo que obliga a las personas a poner especial cuidado en su nutrición.
La oncóloga y médico de la Policlínica Metropolitana, Carmen Zulay Pastrán Romero, explicó que los tumores neuroendocrinos (TNE) constituyen un grupo heterogéneo de neoplasias originadas de células neuroendocrinas que se encuentran en diferentes órganos y tejidos. A diferencia de otros cánceres, pueden producir algunas hormonas u otras sustancias que causan una serie de síntomas y signos específicos hasta en 30% de los casos.
Los TNE podrían originarse en cualquier órgano, sin embargo, la mayoría provienen del sistema gastrointestinal o pancreático, otros órganos susceptibles a estas neoplasias son el intestino delgado, el recto y el pulmón. La galena agregó que existen otras localizaciones menos frecuentes como las glándulas endocrinas, el tracto génito urinario, el timo, la piel y la vía orolaríngea, entre otros.
La oncóloga explicó que la Somatostatina es una hormona producida en el páncreas, pero también se libera en el hipotálamo y otras zonas del cerebro, así como también se secreta en células de la mucosa gastrointestinal. Es de gran importancia ya que tiene diversas funciones regulatorias de distintas hormonas. De manera característica, los tumores neuroendocrinos pueden tener receptores para esta hormona, motivo por el cual se utilizan los llamados análogos de Somatostatina, como parte del tratamiento de estos tumores.
El Octreótide es un análogo de somatostatina que emula a la hormona y se une a los receptores de las células tumorales con un efecto más prolongado. Su función es la de disminuir los síntomas producidos por la secreción anormal de hormonas o sustancias liberadas por el tumor, así como frenar el crecimiento de este..
Medidas de nutrición
La doctora Zulay Pastrán Romero, especificó que para los pacientes que no presenten síntomas asociados a la producción anormal de sustancias por el tumor, la única recomendación es tener una dieta saludable, que incluya vegetales, proteínas, frutas y grasas “sanas”.
Por otro lado, las indicaciones dietéticas para los pacientes con síntomas (síndrome carcinoide) dependerán de sus manifestaciones clínicas. Si presenta diarrea y grasa en las heces, es imperativo disminuir el consumo de grasas insaturadas. Asimismo, recomendó aumentar el contenido de proteínas en su dieta y evitar las comidas que contengan tiramina, tales como: quesos curados o envejecidos, carnes o pescados ahumados, salchichas, jamón o embutidos en general, panes caseros hechos con levadura.
Algunos productos enlatados o congelados contienen levadura, por lo que es muy importante leer su contenido en la etiqueta. Además se debe evitar la ingesta de espinaca, repollo y frutas demasiado maduras, ya que aumentan su contenido en tiramina. La cerveza, el vino, el whisky y algunos licores pueden contener cantidades importantes de dicha sustancia; mientras que otros alimentos como el chocolate y el café, contienen cantidades muy bajas de la misma.
La especialista agregó que se ha observado que el esfuerzo físico y la ingesta de comidas abundantes, podrían desencadenar la aparición de síntomas, por lo que se sugiere comer en pequeñas cantidades y varias veces al día.
La galena explicó que los pacientes con TNE pueden recibir suplementos vitamínicos y ácido nicotínico (niacinamida) en dosis bajas. Otros elementos que se recomiendan algunas veces son el aceite de pescado en cápsulas y suplementos electrolíticos. Enfatizó que el médico tratante es la única persona indicada para proponer las distintas modalidades de tratamiento.