El presidente ruso, Vladimir Putin, reapareció en público el lunes tras una inhabitual ausencia de 10 días y rechazó los “rumores” que circularon acerca de su paradero y su estado de salud. AFP
“Nos aburriríamos si no hubiese chismes”, dijo Putin al reaparecer junto al presidente kirguís, Almazbek Atambayev, al inicio de una reunión en el palacio de Konstantinov, en las afueras de San Petersburgo, constató un periodista de la AFP.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, bombardeado con preguntas la semana pasada sobre los rumores a propósito del presidente, ironizó también.
“Entonces qué, ¿han visto todo un presidente paralizado, secuestrado por generales, llegado en avión de Suiza donde él mismo dio a luz?”, dijo Peskov a la prensa.
“No queremos hablar más de esto, todo va bien”, añadió.
El presidente, que de costumbre es omnipresente en los medios, no aparecía en público desde el 5 de marzo, cuando ofreció una conferencia de prensa con el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
La semana pasada, Putin anuló una serie de compromisos, entre ellos un viaje a Kazajistán en el que debía mantener un encuentro trilateral con los presidentes kazajo y bielorruso. También anuló la firma de un acuerdo de cooperación con Osetia del Sur, una región separatista prorrusa de Georgia.
La ausencia del mandatario dio lugar a todo tipo de rumores. Medios rusos, y algunos extranjeros, hablaron sin presentar pruebas de que Putin había sido víctima de un golpe de Estado, o bien que había muerto o estaba enfermo (de gripe, cáncer, una hemorragia cerebral o de la espalda).
Otra hipótesis era que viajó a Suiza a conocer a su hijo alumbrado por una ex deportista que habría sido su amante, y otros afirmaron que había ido a disputar un torneo de judo en Corea del Norte.