La disciplina es una llave poderosa que asegura el conseguir las metas planteadas. Hay personas que nacen con una inclinación natural hacia ella, mientras que a otros, les cuesta un poco más alcanzarla. La buena noticia es que, como casi todo en la vida, se puede adquirir y hacer de ella una rutina si tenemos la determinación y el empuje. Como comprobarás más adelante, la disciplina y el hábito están intimamente relacionados.
Seguramente has identificado algunos hábitos necesarios en tu vida, como aquellos relacionados con realizar mayor actividad física, comer más sano, aprender a manejar mejor las herramientas de social media, mantener un mayor control sobre las finanzas, o quizás tener la costumbre de buscar prospectos para hacer crecer tu negocio cada día que pasa.
Lo cierto es que reconoces que debes hacer alguna cosa y hacerla recurrentemente, convertirla en tu habito, pero puede que no sepas por donde empezar para crear esa rutina que te hace falta. ¿Te identificas?.
Pues Charles Duhigg en “El Poder de los Hábitos” establece el circuito que crea un hábito: se inicia con un disparador, algo que te convence que debes llevar a cabo alguna actividad con consistencia, que te impulsa a hacerlo y, tras concluir esa acción, recibes una recompensa inmediata por haberlo logrado, recompensa que, además de los otros beneficios que trae concluir esa actividad, te estimula a reiniciar el ciclo una y otra vez hasta que se convierte en una necesidad llevarla a cabo. Te coloco un ejemplo:
Tengo un cliente, Jacinto, chef ejecutivo, no es muy aficionado a los deportes, sin embargo, el conocimiento sobre los beneficios para la salud que ellos conllevan, lo han inducido a acudir a un gimnasio. Para perseverar en su determinación, lleva con el su tablet y, mientras se encuentra en la caminadora, se dedica a ver aquellos videos sobre nuevos decubrimientos espaciales, que desde niño le han encantadopero que no tiene oportunidad de observar:” ¡Solo pensar que voy a ver nuevos capítulos sobre los últimos avances en astronomía, me motiva a ponerme los tenis!”, me comentaba hace unos días. Jacinto está en plena construcción de un poderoso hábito.
Gary Keller en su libro, “The One Thing”, nos aconseja enfocarnos en construir “UN” hábito a la vez. Pese a la creencia popular, una investigación reciente de “University College of London” demostró que se requieren al menos 66 días de constancia y disciplina para que un comportamiento se convierta en hábito.
Les dejo una lista con ejemplos de hábitos comunes en las empresas altamente eficientes:
Sostener una reunión al cierre de mes con tu contador para revisar tus números y analizarlos.
Mantener juntas semanales de 20 minutos de duración con tu equipo, con lo cual se refuerza el objetivo y conserva el foco del grupo.
Cada mes, invertir en marketing y medir los resultados, para aumentar el número de prospectos o la retención de los clientes.
Aunque, al inicio, la creación de un hábito puede ser un poco cuesta arriba, llevarlo a cabo, a medida que pasa el tiempo, crea esa rutina que es cada vez más fácil de sostener. Te propongo una actividad: Durante los próximos meses puedes convertir en tu prioridad, recuperar la disciplina en tu empresa, asumiendo costumbres correctas de desempeño laboral. ¡Es buen momento para comenzar a crear ese hábito!
María Inés Morán
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