Por un momento dejemos de pensar en los fondos retenidos a las aerolíneas que operan en Venezuela y no pueden girar a sus matrices, a la metodología y tipo de cambio implementada por el gobierno para la emisión de los billetes de pasaje internacionales, a los contratiempos que deben afrontar las aerolíneas nacionales, la violencia que irradian sus calles, el desabastecimiento que padece la ciudadanía y otros tantos problemas.
Si Venezuela fuera un país previsible y normal en relación a los actos públicos de gobierno, nadie pone en duda el potencial de esa nación. ¿Y en relación al transporte aéreo?
El ránking del Indicador de Desarrollo de Transporte Aéreo (IDTA), lo ubica en el puesto 59 sobre 60 países relevados. Sus índices son los peores de toda Sudamérica.
Para la elaboración del IDTA confluyen diferentes variables como PIB, desarrollo logístico, población, arribos internacionales de turistas, extensión territorial, densidad demográfica y capacidad ofrecida.
Cuando se ponderan las variables venezolanas con aquellas que elevan al país a un nivel de desarrollo comparado de su transporte aéreo, aparece la respuesta al título de este artículo.
El potencial de Venezuela es de cinco veces mayor al tamaño de su transporte aéreo actual. Esto equivale a unos cinco millones de asientos de oferta total mensual, compuesta por tres millones mensuales para el transporte de cabotaje y por dos millones mensuales para el transporte internacional.
El tiempo dirá si es solo una utopía o los gobiernos de Venezuela lograrán desarrollar el transporte aéreo conforme a las necesidades de ese país.
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Fuente: Por Daniel Montero Ferreiro, Presidente de la Red Iberoamericana de Investigación en Transporte Aéreo.Síguenos en Twitter: @aerolatinnews