El Gobierno de Venezuela está negociando con el Banco de Desarrollo de China para recibir este año préstamos por 10.000 millones de dólares, dijo a Reuters una alta fuente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) con conocimiento del asunto.
Los primeros 5.000 millones de dólares llegarían en abril, después de que se firme este mes la renovación de un tramo del millonario fondo que ambos países alimentan para financiar proyectos en Venezuela, apuntó la fuente, que no está autorizada a hablar públicamente del tema.
Venezuela negocia también un “préstamo especial” por otros 5.000 millones de dólares a firmar en junio, que China entregará con la condición de que los recursos financien proyectos petroleros de PDVSA.
“China quiere respaldar de manera determinante inversiones en áreas como campos maduros para que PDVSA pueda incrementar producción rápidamente”, comentó el funcionario.
El gigante asiático ha prestado más de 45.000 millones de dólares a Venezuela, recursos que la nación sudamericana cancela con envíos de petróleo.
Ante el desplome de los precios internacionales del crudo, origen de 9 de cada 10 dólares que ingresan a su economía, el país miembro de la OPEP ha buscado más apoyo de China, su principal prestamista.
Gracias al financiamiento especial por 10 años que PDVSA recibirá de China a través del banco estatal Bandes la fuente descartó que la petrolera tenga previsto salir al mercado internacional durante 2015, y dijo que el endeudamiento con la banca privada será “muy moderado”.
Al mismo tiempo, PDVSA ya comenzó a vender dólares a una tasa de cambio más favorable en el nuevo sistema cambiario de libre flotación (Simadi) para obtener mayor cantidad de bolívares con los que financiar sus gastos locales, afirmó la fuente.
Venezuela también dará acceso al Simadi a “prácticamente todas las empresas petroleras que operan en Venezuela” para que puedan financiar sus gastos operativos y de inversión al precio del dólar oficial más alto, agregó.
La petrolera estatal negocia además mecanismos financieros para garantizar que sus proveedores “estratégicos” mantengan el suministro de insumos, a pesar del incremento de las deudas que tiene con ellos.
General Electric estaría dispuesta a un acuerdo para transformar en deuda financiera a pagar en tres años unos 350 millones de dólares que la petrolera le adeuda por sus servicios.