Ni un solo instante han parado los efectivos del Gaes y CICPC-Caracas y San Carlos de Zulia, para tratar de esclarecer el asesinato del niño Luis Fernando Lambertinez Calvo (10), encontrado enterrado en una fosa del cementerio municipal de Encontrados, municipio Catatumbo el pasado lunes. laverdad.com / Sergio Villasmil
Ayer, en horas de la tarde, hubo varios allanamientos, entre ellos un local que funciona como centro de llamadas, ubicado en la calle 9 del sector Virgen del Carmen, de la parroquia Santa Bárbara, de donde Dariana Portillo (29), alias la “Coqui”, llamaba a Beatriz Calvo (30), su expareja y madre del occiso, para pedirle 100 millones de pesos para devolverle al niño.
Una comisión especial de forenses de la Policía científica se encuentra desde ayer en Santa Bárbara de Zulia. Una vez practicados todos los exámenes patológicos al cadáver de “Luchito”, será repatriado a Tibú, Norte de Santander en Colombia.
Beatriz Calvo, confía en las autoridades policiales y en la justicia divina. “Confío en la justicia venezolana, quien no me ha desamparado en ningún momento y en mi Dios, que todos los que participaron en la muerte de mi hijo, van a caer”, dijo a La Verdad.
Apenas le mencionan al niño, Calvo lloriquea. Jamás creyó que la mujer que conoció por Facebock y a quien le abrió las puertas de su casa asesinara a su único hijo, a quien describió como un niño alegre, obediente y amante del fútbol.
El crimen
Luis Fernando Lambertinez Calvo (10) lo reportaron como secuestrado el 10 de febrero, luego de que la novia de su madre, Dariana Darina Portillo Urdaneta (29), apodada la “Coqui”, se lo llevara a fuerza de la escuela La Esperanza, en el municipio Tibú, departamento Norte de Santander, Colombia. La mujer lo escondió en un hotel en Santa Bárbara y al sexto día del cautivero lo estranguló y lo enterró en una fosa común.
El 15 de febrero detuvieron a la sospechosa. Aún no confiesa su crimen ni delata a sus cómplices. Permanece encerrada en la sede del Grupo Antiextorsión y Secuestro en El Vigía.