La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó hoy a los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) a “erradicar la discriminación racial” en América.
“Las personas afrodescendientes y pertenecientes a otras minorías raciales y étnicas continúan siendo víctimas de racismo y discriminación racial estructural, situación que les impide el goce de sus derechos humanos, a pesar de los avances que se han realizado en la región”, afirmó la CIDH, órgano autónomo de la OEA.
En un comunicado emitido desde su sede en Washington con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se celebra este sábado, la Comisión recuerda que “el principio de igualdad y no discriminación” constituye una “base fundamental del Sistema Interamericano de Derechos Humanos” y de la democracia.
“Tenemos una gran deuda pendiente en el continente”, afirmó la comisionada Rose Marie Belle Antoine, presidenta y relatora de la CIDH, en referencia a los derechos de las personas de ascendencia africana y la discriminación racial que sufren en el continente americano.
Según Antoine, “urge que los Estados diseñen, implementen y financien la puesta en marcha de sistemas de recolección de datos precisos e información estadística y cualitativa sobre la situación de los derechos humanos de las personas afrodescendientes y de otras minorías raciales y étnicas en América”.
“Desafortunadamente, la mayoría de los países de la región aún no cuentan con este tipo de sistemas”, puntualizó la presidenta.
La CIDH advirtió de que los ciudadanos afrodescendientes afrontan “importantes obstáculos para el ejercicio de sus derechos civiles y políticos, así como sus derechos económicos, sociales y culturales”.
Como ejemplo de esa situación, la Comisión señaló que los discriminados “suelen habitar en zonas más pobres y con menor infraestructura, lo que las expone en mayor medida al crimen y la violencia”.
Igualmente, las personas afrodescendientes se enfrentan a “serios obstáculos para acceder a una vivienda, a los servicios básicos de salud y educación”.
En particular, la CIDH expresó preocupación por “la especial situación de vulnerabilidad de las mujeres afrodescendientes pobres”, debido a factores como la raza y su precaria situación socioeconómica.
La Comisión reconoció como “un paso positivo” la aprobación de leyes orientadas a luchar contra la discriminación racial en distintos países de América, pero insistió en que “subsisten factores que permiten y fomentan la persistencia del racismo y discriminación racial en la región”.
Por eso, concluyó, los Estados deben adoptar medidas y políticas que “adecúen sus legislaciones y procesos internos para garantizar el efectivo acceso a la justicia de la población afrodescendiente y de otras minorías raciales y étnicas”. EFE