Juan José Moreno A: Un régimen sordo, pero muy gritón

Juan José Moreno A: Un régimen sordo, pero muy gritón

La alharaca montada por los voceros del régimen chavo-madurismo para reclamar respeto a la supuesta soberanía nacional es algo que, además de teatral y ridícula, contrasta enormemente con su capacidad para escuchar y, más aun, para conciliar. Su testarudez determina que ya no podamos hablar de que nos encontremos como país al borde del abismo, sino irremediablemente admitir que nos precipitamos en caída libre en él.

Como es costumbre que ya veíamos venir, Maduro y sus inmediatos colaboradores se agarraron de un nuevo pretexto engañoso, para utilizarlo en un doble sentido: primero para desviar la atención sobre el lógico debate que debía darse sobre la quiebra económica del país, determinada principalmente por el despilfarro y saqueo a los recursos provenientes del petróleo, así como por las erradas políticas que condujeron a la drástica reducción de la producción y distribución de los bienes básicos, entre ellos los alimenticios y los medicinales; y en segundo término para adoptar el perverso mecanismo del monopolio legislativo que, ya podemos visualizar también por donde viene, como podrá ser el de concluir la obra iniciada por su predecesor encaminada a convertir a Venezuela en la copia más fiel y exacta de la maltratada Cuba. Pues ya no les basta con implantar el régimen de improductividad, escasez, y eliminación de las libertades para ejercer la pluralidad ideológica y poder viajar fuera del país cuando nos plazca, sino que, al igual de lo que ocurre en el “Mar de la Felicidad”, nos dirigimos hacia la imposición de un socialismo por ley, donde oponerse a ello significaría un delito de traición a la patria.

Y como señalamos al principio, se trata de un régimen gritón para reclamar presuntos intentos de atentar contra la soberanía, cuando todo el mundo sabe que el anuncio del presidente estadounidense se limita a aplicar medidas solo contra un grupo de funcionarios que encuentra incursos en violación de derechos humanos en Venezuela, que no quiere decir necesariamente que se trate de sanciones contra el país, porque no nos sentimos representados en ese puñado de personas no gratas dentro de la mayoría de los venezolanos; pero que, por otra parte, desatiende los innumerables pronunciamientos provenientes de los más diversos sectores de la vida nacional y, más allá, de instituciones internacionales y personalidades de alta calificación mundial, que reclaman respeto por la condición humana de quienes adversan al régimen y especialmente de quienes son arbitrariamente privados de libertad y sometidos a tratos crueles dentro de las cárceles de la nación.





Este contraste de actitudes, se pone incluso de manifiesto entre la acción y la práctica, pues al mismo tiempo que anuncian los voceros del régimen el reforzamiento de las fronteras, supuestamente para defendernos de las “pretensiones imperialistas de invadirnos”, permite que se consuma a la vista de todo el mundo el despojo de una importante porción de territorio en disputa en el extremo oriente del país, apoyada por su “curruña” gobierno cubano. Denuncias muy concretas han sido conocidas, sobre la actitud del gobierno guyanés, que desde hace algún tiempo avanza en sus proyectos exploratorios para iniciar la explotación de los recursos naturales existentes en el Esequibo.

Frente al gobierno guyanés las expresiones han resultado realmente tímidas, sin pasar de declaraciones como la contenida en su comunicado de diciembre del 2014, en el que apenas expresa que ante la decisión de Guyana de proceder por vía distinta al de Buenos Oficios en el diferendo que venía sosteniendo por vía diplomática con Venezuela, esta decisión “pudiese interpretarse como un acto inamistoso”.

Por estas razones, debemos insistir en nuestra posición de no bajar la guardia y mantener la protesta de manera prudente, porque la pretensión del régimen es muy evidente: convencido de su pérdida de popularidad y del creciente rechazo de la sufrida población, arruinada económicamente y privada de todos los beneficios que puede brindar una auténtica democracia, no ahorrará en triquiñuelas para impedir el proceso electoral previsto para este año. Con actitud positiva, debemos denunciar hasta el cansancio a través de los medios disponibles, todas las irregularidades que podamos observar y evitar caer en las provocaciones que les permitan a los personeros del régimen justificar sus perversos procederes.

Twitter: @JJMorenoA