Sin filtros ni arreglos con Photoshop, hay rincones de nuestro planeta que transmiten alegría con un sólo vistazo.
Obviamente, el lago que ves en esta imagen sólo puede llamarse Lago Rosa; aunque los habitantes de la zona lo llaman Lago Retba. Y sí, verdaderamente es de ese color, como de chicle de fresa. La explicación es que, durante la estación seca, un alga que se puede encontrar en sus aguas fabrica un pigmento rojo para absorber luz solar. Su alto nivel de salinidad haría que flotases fácilmente si te dieses un baño allí, tal como ocurre en el mar Muerto.
Provenza
Regresamos a territorio europeo, concretamente a la Provenza francesa. Allí es donde están estos impresionantes campos de lavanda que son todo un símbolo de la región. Los azules y violetas transmiten paz y tranquilidad durante el período de floración, entre junio y septiembre. En julio y agosto se celebran varias fiestas en honor a las apreciadas «lavandulas», con unas 60 especies distintas.
Las vistas difícilmente podrían ser más espectaculares en la colina Shibazakura, en las proximidades del monte Fuji, en Japón. Este es el aspecto que toma en la primavera, cuando se cubre con un manto rosáceo. Dicen que abril y mayo son los mejores meses para disfrutar de su esplendor, al que puedes añadir el aroma de los cerezos como complemento para la escena.
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