El inusual temporal de lluvia que azotaba al árido norte de Chile dejaba cuatro muertos y 22 desaparecidos por aludes e inundaciones provocados por crecidas de ríos que por años se mantuvieron secos, informaron fuentes oficiales.
Dos de las víctimas murieron en la ciudad de Antofagasta, una de ellas por una descarga eléctrica y la otra por el colapso de un tanque de agua. Dos personas murieron también arrastradas por las aguas en la región de Atacama, de acuerdo al último reporte entregado por el viceministro del Interior, Mahmud Aleuy.
“El Gobierno lamenta mucho que tengamos cuatro muertos y entregamos las condolencias a los familiares”, dijo el viceministro.
El número de desaparecidos se mantenía en 22, de acuerdo a Aleuy, que agregó que en Antofagasta se registraban unas 680 personas albergadas, mientras que en Atacama el número alcanzaba a las 800.
Después de varios horas de fuertes lluvias, las calles de poblados como Chañaral, El Salado, Diego de Almagro y Tierra Amarilla y de la ciudad de Copiapó, en la región de Atacama, se convirtieron en ríos que arrastraron todo a su paso.
Varias personas debieron subirse a cerros o a los techos de sus casas para evitar ser arrastradas por las aguas, en una situación descrita como similar a la de un tsunami por pobladores.
Debido a cortes de rutas provocadas por aludes, varios poblados interiores se encontraban completamente aislados, mientras en los medios de comunicación se multiplicaban los mensajes de búsquedas de personas desaparecidas o inubicables debido a que también las lluvias provocaron la interrupción de los servicios de telefonía.
Ante el colapso de los caminos, la autoridad pidió a la población que evacue hacia zonas altas. Durante este jueves, 15 helicópteros arribaron a la zona para realizar una evacuación por aire.
En la región de Atacama (800 km al norte de Santiago) y en la vecina cuidad de Antofagasta rigió el toque de queda durante toda la noche, luego de que las Fuerzas Armadas tomaran el control de ambos lugares que están bajo estado de excepción constitucional por catástrofe.
Las clases fueron suspendidas para facilitar la instalación de albergues en colegios, mientras que los aeropuertos de la zona operaban con retrasos debido a los cortes de rutas y de las comunicaciones. Miles de residentes se encontraban sin servicio de electricidad ni agua potable.
De madrugada, sin embargo, las lluvías habían declinado.
– Lluvias 10 veces por sobre lo normal –
De acuerdo a los servicios meteorológicos, las lluvias caídas superan por lo menos en 10 veces a las registradas en un año normal en una zona que arrastraba desde hace varios años una persistente sequía y que no cuenta con la preparación suficiente para afrontar estas condiciones climáticas.
La región de Atacama alberga al desierto del mismo nombre, considerado el más árido del mundo.
El último gran diluvio en la zona se registró en 1997. Desde esa fecha, en la zona ha persistido la sequía.
“El diagnóstico previo era que aquí había una sequía enorme, entonces una lluvia no necesariamente era una catástrofe. Prever es muy difícil, porque no se sabía”, dijo la presidenta Michelle Bachelet, que se trasladó la noche del miércoles a la zona.
“Obviamente hoy la convicción es que se va a requerir, ya una vez pasada la emergencia, construir defensas que eviten que en el futuro estas cosas pasen”, agregó la mandataria
– Afectación en la minería –
El norte chileno alberga a las minas de cobre más importantes del mundo, cuyas operaciones se vieron afectadas por las lluvias.
La estatal Codelco – que produce el 11% del cobre mundial – informó la tarde del miércoles que debió suspender las faenas por algunas horas en varios yacimientos, pero que las labores industriales se mantuvieron intactas.
Algunos yacimientos de las empresas Antofagasta Minerals y Anglo American suspendieron también sus faenas extractivas.
Chile es el mayor productor mundial de cobre, con cerca de un tercio de la oferta mundial, equivalente a unas 5,6 millones de toneladas anuales. AFP