Hugo Chávez, a través de discursos que conllevaban como única intención desviar el miramiento de sus habitantes con ofertas banales de riqueza incierta, le abrió deliberadamente las puertas a fuerzas extranjeras de asalto cuya única intención es la rapiña de bienes ajenos.
Chávez y Maduro durante su trayectoria previa al encumbramiento desarrollan vidas paralelas; ambos a la cubana como durmientes militantes del absolutismo.
En el caso del llanero, textos dan fe de su relación con la izquierda revolucionaria antes de su ingreso a la escuela militar.
Maduro es un advenedizo, aun cuando era ficha del extremismo desde la juventud.
En resumidas cuentas ambos, Chávez y Maduro, son más cubanos comunistas que venezolano y colombiano respectivamente. Uno y otro por órdenes impartidas son reos de justicia por delitos contra la humanidad.
Analistas implican que el otrora jugador de béisbol se había convertido en un personaje incómodo para los hermanos Castro; un tumor en músculo plano de conocido tratamiento médico y sobrevivencia, acaba extrañamente con su vida.
Es tal el desastre que produce la administración del fallecido que atenta su maniobrar contra la industria petrolera “la gallina de los huevos de oro”, única fuente de ingresos, la cual abandona su desarrollo y mantenimiento. Todo lo malgasta.
Tal hecho hace añicos los planes para la permanencia revolucionaria de Maduro. Sin dinero ni control civil, solo el ejercicio férreo del poder y la incondicionalidad de los magistrados en otros poderes del estado le dan algunas garantías de continuidad.
Una prueba para el actual mandatario constituye la puesta en libertad del ex alcalde de San Cristóbal en los Andes, Andrés Ceballos, condenado por desacato, ordenado a su cumplimiento por la juez de la causa.
Al ex burgomaestre se le siguen otros procesos por rebelión civil y asociación para delinquir. Los abogados esperan le sea dictada medida sustitutiva que le permita ser juzgado en libertad, aun cuando ninguno de los delitos señalados han sido demostrados fehacientemente por los fiscales en el juicio respectivo.
El hambre, la ausencia de puestos de trabajo, más del 90 por ciento de los hechos punibles cometidos en perjuicio de la sociedad civil no penados, contravenciones por corrupción administrativa, la inflación galopante; no han logrado agachar la cabeza a la población mayoritaria que exige reconducción.
Las mujeres y hombres en las colas para adquirir alimentos, en los centros hospitalarios, como los lugares de trabajo, protestan airadamente contra el gobierno y sus socios del Caribe obligando a estos a utilizar la fuerza para callarlos en el momento.
La defensa del sistema democrático está en cada uno de los venezolanos, quienes están conscientes es la única forma de dirección para vivir en libertad.
Ante inciertas soluciones permanentes, las consultas de calle reflejan con apego a la verdad el rebote a las estrategias puestas en movimiento los últimos dieciséis años.
Keller y Asociados en la evaluación correspondiente al primer trimestre del 2015 determina que el 69 por ciento de los preguntados juzgan al gobernante incapaz para resolver los problemas.
En cuanto a la popularidad de Maduro Moros, más de la mitad largo le adversa destacando que en el sector chavista aumentó su disconformidad aceleradamente, con solo 29 similar de reconocimiento.
Cuando preguntan sobre las elecciones parlamentarias, la participación en tales procesos aumenta considerablemente en sentido general pero al evaluar las tendencias gubernamentales y de oposición, en esta última acrecienta el voto duro, contrario a citas anteriores.
En cuanto a papeletas seguras para el sufragio, los concurrentes rojos al serles requeridos acerca del triunfador no dudan señalar será el antagonismo.
Maduro Moros, sin apoyo popular y con escándalos tras escándalos, trata de someter al pueblo. Para ello lograr, implementa procedimientos violatorios de los derechos humanos al ejercer la tiranía como sistema permanente de administración sin lograr convencer a quienes le siguen de tal locura.
Director de Venenoticias.