El expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) dijo este lunes estar dispuesto a apoyar al exmandatario español Felipe González en sus labores de defensa de los opositores venezolanos presos Leopoldo López y Antonio Ledezma, para quienes pidió “un juicio normal”.
“Me llamó Felipe González para preguntarme que si yo podía protestar, pedir justicia junto con él y otros más y yo (le dije) que desde luego”, dijo Cardoso en declaraciones a la emisora colombiana Blu Radio.
“Yo me dispongo incluso a moverme hacia Venezuela. En los trámites jurídicos no puedo entrar, porque no soy abogado, pero en los trámites políticos estoy dispuesto a ayudar en lo que pueda, averiguar también cuáles son las razones, si el gobierno tiene alguna, para justificar todo esto”, añadió el exmandatario brasileño.
La semana pasada se informó que González (1982-1996) defenderá a López y a Ledezma, alcalde de Caracas, a quienes el exjefe de gobierno español tildó de “políticos presos por ejercer la política”.
Antes del anuncio, González se reunió en Madrid con Mitzy Capriles, la esposa de Ledezma, detenido el 19 de febrero pasado por los servicios de inteligencia venezolanos y enviado a “prisión provisional” por presuntos delitos de conspiración.
Ledezma se encuentra en la cárcel de Ramo Verde, a unos 30 km de Caracas, junto a López, detenido en febrero de 2014.
Sobre el caso de los opositores, Cardoso dijo además este lunes a la colombiana Blu Radio que “no tiene sentido mantenerlos en la cárcel”. Debe “haber un juicio normal para que esta gente pueda defenderse y creo que es deber de todos los latinoamericanos que amamos la libertad manifestar fuertemente en favor de los derechos humanos”, dijo.
Además, el expresidente brasileño aseguró que tratará de mediar para que el gobierno de su país exprese “una posición más abierta en contra de esos abusos”.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, aún no se ha referido a la incorporación de Cardoso a la causa de González, a quien ya la semana pasada acusó de apoyar un golpe de Estado en su contra con la complicidad de grupos de extrema derecha de Estados Unidos, España y Colombia. AFP