Como una medida de auteridad para contribuir al ajuste fiscal impulsado por el gobierno brasileño, los ministros y las altas autoridades deberán buscar una alternativa a los vuelos de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB).
Las nuevas normas para el uso de los aviones de la FAB serán fijadas en un decreto a ser publicado la próxima semana en el Diario Oficial de la Unión, dijeron portavoces de la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la República.
La medida limitará el uso de los aviones a situaciones de emergencia y misiones oficiales y prohibirá que los ministros los soliciten para viajar o regresar de sus ciudades de origen, una práctica común entre los miembros del Gabinete.
La decisión fue justificada como otra de las medidas de austeridad del Gobierno para ajustar las cuentas públicas, que terminaron con un déficit récord el año pasado.
El Gobierno brasileño anunció este año un profundo ajuste fiscal, con la reducción de incentivos fiscales y el recorte de gastos, para hacer frente a la coyuntura negativa provocada por el estancamiento económico y la subida de la inflación interanual a su mayor nivel en diez años y del dólar a su mayor valor en doce años.
La economía brasileña sólo creció un 0,1 % el año pasado y los economistas proyectan para este año una contracción del 1,0 %.
En 2013 el Gobierno ya había anunciado algunas restricciones en el uso de las aeronaves de la FAB después de que la prensa denunciara casos de abuso de poder por parte de ministros y parlamentarios, que hacían vuelos con objetivos particulares.
El entonces ministro de la Previsión Social, Garibaldi Alves, tuvo que resarcir a los cofres públicos por haber usado uno de los aviones militares para viajar a Río de Janeiro para acudir a un partido de fútbol.
El mismo compromiso tuvo que ser asumido por el presidente del Senado, Renán Calheiros, que viajó en un avión de la FAB a Recife para someterse a una cirugía de implante capilar, y el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, que viajó con varios amigos y parientes a Río de Janeiro para asistir a la final de la Copa Confederaciones de fútbol.
Fuente: Infobae