En aeropuertos y terminales terrestres es costumbre ver una alta afluencia de pasajeros durante cualquier asueto. Aunque Semana Santa son días de actividades religiosas y de reflexión, hay quienes aprovechan este pequeño descanso para vacacionar, reseña Correo del Caroní.
Algunos planifican sus viajes con meses de antelación, para prevenir hospedaje y pasajes; otros, menos precavidos, soportan las colas para apenas ver si consiguen boleto para ese día. Pese a la crisis económica, con la alta inflación en el país, planificando o no, el venezolano no desaprovecha la oportunidad para drenar el día a día y disfrutar.
Alberto Santos, por ejemplo, trabaja en Puerto Ordaz, pero tiene a sus hijos en Barquisimeto. Aunque aprovechó la Semana Santa para visitarlos, reconoce que también fueron días para el disfrute en general, pero para ello tiene que planificarse en función de su presupuesto y la disponibilidad de pasajes.
“Como tengo a mi mamá allá, no tengo problemas para el hospedaje, busco a mis hijos y se quedan conmigo allá. El pasaje trato de comprarlo como mínimo dos semanas antes, siempre me planifico para ello, tanto en tiempo como económicamente, porque siempre viajo… para agosto, ya tengo todo listo para ir a Margarita”.
Por necesidad
Para Yodai Maestre el asunto fue diferente. Ella vive en Puerto La Cruz, por lo que no acostumbra a viajar, pero un percance familiar la obligó a ir a San Félix. “La playa nos queda cerca y siempre vamos en familia, pero esta vez vine a San Félix porque se murió un primito y salí a última hora a buscar pasaje”.
De regreso también tuvo que lidiar con el hecho de no encontrar boleto. De la terminal de San Félix tuvo que dirigirse hasta la de Puerto Ordaz, donde corrió con mejor suerte.