Una familia colombiana, conformada por los padres y una niña de un año, fueron golpeados y degollados, dentro de su casa, para robarles pertenencias de trabajo y varios kilos de queso.
Funcionarios de Polirosario llegaron al sitio del suceso para confirmar la información; la escena que encontraron fue sanguinaria: el piso de la sala y del cuarto principal brillaban en color magenta. Una línea de sangre indicaba el camino hacia el exterior del hogar, donde yacían los tres cuerpos.
En la casa faltaba una carretilla, la bombona de gas y varios quesos de matera que la pareja había traído de la finca en la que laboraban, además de las armas con las que les practicaron las heridas.
El director de Polirosario, comisario Gilberto Hidalgo, informó que los cuerpos no habían sido identificados hasta horas de la noche de ayer, ya que la pareja trabajaba como cuidadores de la hacienda Santa Ana, ubicada a algunas calles del sitio del suceso y casi nunca salían del fundo.
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