El periódico peruano La República dedica hoy su editorial a la visita que Mitzi Capriles y Lilian Tintori realizaron a Lima, Perú, donde asistieron al Seminario América Latina, oportunidades y desafíos, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad que preside nuestro escritor Mario Vargas Llosa. El diario destaca que “Lamentablemente, las esposas de ambos líderes no fueron recibidas por el Presidente de la República y por la Presidenta del Congreso, en ambos casos sin explicaciones”. Lea el editorial completo a continuación.
Las damas en Lima
En su reciente visita a Lima, dentro de una gira regional, Mitzy Capriles, esposa del encarcelado alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, líder opositor detenido hace un año, recibieron la solidaridad de los peruanos. Ellas participaron en el Seminario América Latina, oportunidades y desafíos, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad que preside nuestro escritor Mario Vargas Llosa, evento que dedicó una de sus jornadas a la situación de Venezuela.
Ledezma y López son líderes represaliados por el gobierno de Nicolás Maduro. Ledezma, la segunda autoridad civil del país y dos veces electo con el voto ciudadano, fue detenido el pasado 19 de febrero en un violento operativo en el que participaron 80 miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Es acusado de golpista por haber suscrito un documento de la oposición democrática venezolana, difundido el 11 de febrero, denominado “Acuerdo Nacional para la Transición”, firmado ya por más de 130 mil venezolanos, en el que se propone un conjunto de alternativas políticas y económicas.
López se encuentra detenido desde el 18 de febrero del año pasado; es acusado de pronunciar discursos que, según el gobierno y su fiscalía parcializada, generaron la violencia con el costo de decenas de muertos, sin que hasta ahora los funcionarios de Maduro puedan demostrar su culpabilidad, aún en los tribunales afines.
Estas detenciones y procesos arbitrarios han merecido la condena internacional; instituciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch los consideran inaceptables y carentes de razón jurídica, en tanto que la Asamblea General de las NNUU, la OEA, el Parlamento Europeo y varios gobiernos en el mundo han expresado su preocupación por estas y otras detenciones.
En la comunidad internacional se ha formado un sentido común sobre que estos ilegales procesos deben ser anulados y los detenidos puestos en libertad, como parte de la apertura de una etapa de tolerancia y recuperación de los contenidos de la democracia en Venezuela. A ese objetivo se orientan los esfuerzos de estados e instituciones como el que tuvo lugar en Lima, promovido por nuestro Premio Nobel.Lamentablemente, las esposas de ambos líderes no fueron recibidas por el Presidente de la República y por la Presidenta del Congreso, en ambos casos sin explicaciones. Ambas expresaron su deseo de exponer ante las dos más altas autoridades del país una situación en la que se interesan vivamente los demócratas de esta región, dejando a salvo el rol de los estados y los usos de la política internacional. El gobierno pudo ensayar diversas fórmulas para concretar una entrevista cara a cara, pero no lo hizo, poniendo en evidencia que en el punto específico de Venezuela tiene un déficit de comprensión y sensibilidad política, preocupante en el contexto de la crisis que se agudiza en ese país.
Es preciso que los gobiernos democráticos entiendan el proceso político en la región y su papel en él, por una razón añadida a otras: hace 15 años, los peruanos que abogábamos por una transición democrática tocábamos también las puertas de gobiernos y organismos internacionales en la búsqueda de apoyo para una transición finalmente conquistada. (LR)
Publicado originalmente en el diario La República (Perú)