Caso BPA: “Hay que hacer limpieza de venezolanos y rusos”

Caso BPA: “Hay que hacer limpieza de venezolanos y rusos”

(Foto EFE)
(Foto EFE)

  Las intervenciones telefónicas de la operación Clotilde de la Guardia Civil, de enero de 2013, revelan hasta qué punto los altos cargos de Banca Privada de Andorra (BPA) sabían que la entidad estaba siendo utilizada para blanquear enormes sumas de dinero por elementos del crimen organizado ruso y magnates venezolanos que movían fondos millonarios supuestamente procedentes de actividades corruptas en ese país, publica ABC de España.

Por Pablo Muñoz/Cruz Morcillo / Madrid /ABC de España

En una conversación entre Xavier Crespo Tomas, por entonces director general adjunto del área de Internacional, y Santiago Roselló, director financiero, el primero afirma que «tenemos que ir haciendo limpieza con éstos (se refiere a los rusos) y con los venezolanos». Para los investigadores, según un informe a cuyo contenido ha tenido acceso ABC, esto indica que eran perfectamente conscientes de que sus clientes de esas nacionalidades no eran precisamente «virtuosos» en sus negocios, a pesar de lo cual admiten que «con esa gente nos ganamos mucho la vida».





Esta intervención telefónica, que ha sido aportada por España en la comisión rogatoria remitida al fiscal general del Principado en el marco de la investigación contra BPA, refuerza la hipótesis de trabajo de los investigadores de que esa entidad era, en realidad, una «estructura dedicada al blanqueo de dinero», y no un banco que ocasionalmente fuera utilizado por algún cliente para lavar fondos millonarios. Precisamente esta es la razón por la que fueron intervenidas tanto BPA como Banco Madrid, su filial en España.

Intento de justificación

Las conversaciones telefónicas mantenidas por los dos altos cargos, que parecían estar perfectamente preparadas, sugirieron a los investigadores que ambos sabían o presuponían que sus comunicaciones estaban siendo intervenidas. De hecho, el director financiero, Santiago Roselló, da la impresión de querer justificar sus operaciones con argumentos que parecían destinados a que llegaran a los responsables del caso para que se quedaran con la idea de que era absolutamente ajeno a cualquier irregularidad de sus clientes, a los que además protegió «ciegamente» de las acusaciones de las que era objeto. De esta forma tanto Roselló como Crespo se intentaban crear una imagen de inocencia respecto a sus actuaciones. La mayor parte de las conversaciones se refieren a la detención de Andrei Petrov y al bloqueo de las cuentas de éste y de su jefe, Viktor Kanaikin, en la BPA. El director financiero explica que la cantidad bloqueada por orden judicial era de 40 millones y asegura que el dinero procede de Chipre, de dos transferencias de 20 millones realizadas en 2003 y 2007. Sin embargo, en otra conversación afirma que la primera de esas transferencias se hizo en 2001, y en algún momento incluso eleva la cantidad bloqueada a 50 millones de dólares.

Para los investigadores es significativa también la conversación mantenida el 29 de enero por Santiago Roselló. Su interlocutor, que llamó desde un teléfono fijo español vinculado a la BPA, escucha cómo el alto cargo de la entidad le comenta que esos 40 ó 50 millones venían auditados desde Chipre y que Kanaikin formaba parte de la Duma rusa y tenía «una empresa de limpieza de cañerías de gas» (se refiere a Gazprom). «Todo lo que puede sacar de Rusia lo cobra en Royalties y lo desvía hacia Andorra», precisa Roselló.

Precisamente, uno de los principales investigados en la operación Clotilde, Andrei Petrov, el hombre de Kanaikin en nuestro país, mostraba en conversaciones igualmente intervenidas «un cierto pánico por todas las transferencias que vinieran de Chipre», aunque en momento alguno llegó a explicar a sus interlocutores el motivo de ese miedo. Ese comportamiento anómalo llevó a los encargados de las investigaciones a concluir que las transferencias procedentes de ese país tenían algún tipo de irregularidad.

Pero las actividades del director financiero de BPA en 2013 van más allá y las escuchas evidenciarían, según los investigadores de la Guardia Civil, que «cuando se desplaza al resto de España aprovecha su estancia en nuestro país para transportar cantidades de dinero de regreso a Andorra, de la misma manera que cuando viaja a España se ofrece a llevar consigo dinero a sus clientes».