Días atrás conmemoramos una fecha muy especial: hace 40 años, el Gloria al Bravo Pueblo sonó por primera vez en una pista europea y lo hice por partida doble en mi debut en los mundiales de motociclismo y desde entonces, los Cecotto hemos conseguido centenares de victorias, podios y campeonatos en todas partes del mundo, llevando siempre a Venezuela y al tricolor al escalón más alto, dando a conocer y amando a nuestro país.
Como reconocimiento, la empresa más importante del Estado, que siempre ha brindado su respaldo a los atletas, nunca nos ha apoyado: sistemáticamente nos han evitado, tanto a mí como a mi hijo, por lo que me pregunto: ¿Por qué este trato hacia nosotros?.
Quiero aclarar que a pesar de las importantes dificultades por las que está atravesando nuestro país, no considero que sea equivocada mi solicitud, porque primero que nada, jamás hemos hecho algo incorrecto y es precisamente en los momentos más complicados de un país cuando se debe apoyar a sus verdaderos talentos.
Tanto mi persona como mi hijo Johnny Amadeus siempre hemos empleado el respaldo de los patrocinantes para llevar el nombre de Venezuela a lo más alto en todo el planeta, y para lograrlo hemos tenido que sacrificar mucho, pero deseamos continuar ese camino y mantenernos como embajadores de Venezuela en el mundo, convirtiéndonos en ejemplo e inspiración para todos nuestros compatriotas que quieren lograr cosas buenas.
En los últimos años mi hijo Johnny Amadeus Cecotto ha competido y triunfado en el automovilismo internacional pero sigue sin recibir el apoyo de nuestra principal empresa, Petróleos de Venezuela, la única que puede permitir a un piloto venezolano llegar a la Fórmula 1.
El sueño de Johnny Amadeus de llegar a la F1 se ve comprometido por la falta de respaldo y respuestas del Ministerio del Deporte y del Gobierno Nacional.
Las gestiones que hemos realizado para tratar de recibir ese respaldo han sido prácticamente inútiles: interminables días de espera, pocas personas nos han prestado atención y ninguno nos ha respondido, una situación que resulta muy frustrante.
Después de haber sido el representante venezolano más exitoso a nivel internacional en la temporada 2014, las opciones de Johnny Amadeus de subir a la Fórmula 1 crecieron mucho, pero esa oportunidad de subir a un auto de la máxima categoría se alejan.
El año pasado el Ministerio del Deporte nos comunicó que apoyarían de manera incondicional la carrera de Johnny ya que siempre demostró talento y honestidad.
Aunque con retardo en recibir los recursos, debo reconocer también que logramos contar con ese crucial apoyo de Mindeporte y por esta razón nos sentimos muy agradecidos al ministro del deporte, pero para la presente temporada 2015 necesitábamos ese apoyo desde los últimos meses del año pasado para poder asegurar una campaña triunfante, pero hasta el día de hoy no ha sido siquiera recibido.
Se repite lo que viví hace tres décadas
Toda esta situación que está viviendo Johnny Amadeus me hace recordar lo que yo mismo tuve que sufrir cuando dejé las motos y pasé al automovilismo.
En 1982 corrí en el Campeonato de Europa de Fórmula 2, el equivalente de la actual GP2 Series. Lo hice con un March-BMW y antes de la última carrera iba de primero en la tabla con 8 puntos de ventaja, pero en la primera vuelta de la carrera final en Misano Adriatico, en Italia, un alemán de nombre Stefan Bellof me chocó y perdí el campeonato por un punto.
Al finalizar la temporada de F2 en 1982 el británico Morris Nunn, jefe del equipo de F1 Theodore-Ensing me contactó para correr con ellos en el Campeonato de F1 de 1983. Nunn vino a Caracas y nos reunimos con Petróleos de Venezuela donde nos prometieron un respaldo para la temporada de F1 de 1983.
Empezamos en Brasil con la primera válida, nunca pude probar el carro antes por falta de recursos. En la segunda carrera en Long Beach, en Estados Unidos, en la clasificación del viernes quedé con el 4° tiempo, el sábado la pista mejoró, todos bajaron los tiempos pero yo no pude porque tuve problemas mecánicos que me llevaron a arrancar de último y remonté hasta el cuarto lugar, tuve otra vez problemas con la caja de cambios aunque logré terminar de sexto. Fui el primer venezolano en sumar puntos en la F1 con un carro que hoy sería equivalente a un Manor, es decir, el más lento de la categoría.
El patrocinio de Petróleos de Venezuela nunca se materializó, los demás equipos mejoraron sus carros y el nuestro iba siempre peor por falta de recursos hasta que el equipo quebró y no pudimos terminar la temporada.
En 2014 mi hijo Johnny Amadeus participó en el Campeonato Mundial de GP2, finalizó de quinto con un equipo que nunca había obtenido esos resultados, ganó carreras y a mitad de la temporada iba de tercero con chances para conquistar el campeonato, pero por falta de recursos el equipo no pudo mantener el carro competitivo.
El Presidente de la República y el ministro del deporte destinaron las divisas para que Johnny Jr pudiera honrar los compromisos que tuvo que asumir con el equipo que creyó en él, y le dieron el derecho de poder adquirir esos montos, que no es igual a recibir un patrocinio, pero que por una serie de problemas esos fondos recién llegaron al final de la temporada, cuando la máquina tenía muchas carreras sin contar con piezas nuevas y eso afectó mucho su rendimiento.
Pese a todos estos contratiempos, al finalizar su espectacular temporada 2014, las puertas de la F1 se abrieron para Johnny Jr: varios equipos estuvieron esperando para firmar el contrato con él para el Campeonato de F1 2015, después de varias reuniones en PDVSA donde parecía que todo estaba listo no se dio nada.
Hemos agotado todos los recursos y esperamos al menos recibir una respuesta formal de parte de los entes responsables.
Resulta admirable apreciar otras naciones latinoamericanas como México, Brasil o Colombia en los últimos años se han encargado de promover el automovilismo con el aporte de la empresa privada y entes gubernamentales, apoyo que les ha permitido contar con representantes en la Fórmula 1 y otras categorías importantes en el deporte a motor, además de desarrollar un sólido automovilismo profesional en sus respectivos países.
Durante más de cuatro décadas hemos mantenido un comportamiento intachable y hemos compartido con nuestros compatriotas los triunfos y éxitos en las pistas de los cinco continentes. Los deportistas somos el ejemplo y modelo de cómo se debe honrar y amar a una nación, y nosotros, los Cecotto, siempre hemos hecho del deporte una manera de decirle al mundo la manera en la que respetamos y queremos a nuestro país: Venezuela.