La educadora María Gabriela Chacón, residente del sector El Viñedo en Barcelona, dijo haber tomado antigripales, expectorantes y hasta guarapos de santa maría por una tos que no se le cura desde hace dos meses. Diario El Tiempo
Expresó que sus nietos de 4 y 7 años presenta el mismo síntoma, además de vecinos de la avenida Principal de la zona popular.
Explicó que ha ido al médico para cumplir con el tratamiento y cuidados recomendados, pero su afección respiratoria continúa.
“Estamos casi seguro de que el aire de nuestras comunidades está contaminado por la petrolera. Los gases emitidos por el Complejo Criogénico de Jose no están matando a tos”.
Indira Figueroa, también moradora del sector barcelonés, explicó que en las tardes y mediodía el hedor les impide comer.
“Mis hijos se marean y a mí se me baja la tensión. Y permanezco con una irritación en la garganta. Creo que la empresa dejó el mantenimiento, por eso nos está afectando”.
Algunos residentes del sector La Orquídea, también en el municipio Bolívar, comentaron que el panorama es similar.
Nerea López manifestó que los centros de salud públicos cercanos a la barriada capitalina carecen de nebulizadores y medicinas para problemas respiratorios.
“Los asmáticos salen casi muertos de la zona porque no tienen remedio y el ambiente sigue igual de tóxico”, aseguró López.
“Incumplimiento”
El especialista en Sociología y Ecología Humana, Carlos Valerio, indicó que las industrias petroleras y químicas están incumpliendo las normativas ambientales nacionales e internacionales.
Explicó que por los pocos recursos que se han invertido en las empresas en los últimos años, se ha disminuido el monitoreo.
En períodos anteriores, señaló, las corporaciones fueron ejemplos de respeto a las reglas del medio ambiente.
“Actualmente tanto las comunidades como los trabajadores sufren las consecuencias de salud por los gases tóxicos que emiten a la atmósfera”.
Especificó que las sustancias que reciben las personas con residencias cercanas al criogénico pueden producir a largo plazo cáncer, mal formaciones congénitas y lesiones cerebrales.
Dijo que continúa el cúmulo de coque, que con los fuertes vientos produce una proliferación de polvo en las comunidades, lo que ocasiona ardor en las fosas nasales y en los ojos.
Valerio mencionó que las empresas nacionales deben respetar el derecho a la salud de los sectores aledaños.