Sharista Giles, una mujer estadounidense de tan solo 20 años, se perdió uno de los momentos más importantes de su vida mientras estaba en coma. Parece muy improbable que una madre pueda perderse el parto de su propia hija, pero un fuerte accidente que casi le cuesta la vida provocó un giro inesperado en los acontecimientos. Así lo reseña que.es
La joven sufrió un accidente de coche cuando se encontraba en avanzado estado de gestación. En concreto, estaba de cinco meses y el golpe, además de sumirle en un coma profundo, obligó a los facultativos a practicarle una intervención de urgencia para que el feto no sufriese daños.
Tras más de cinco meses en coma, Giles despertó con una enorme sorpresa. Su marido le enseñó la foto de su bebé y le confesó lo más importante: “Eres madre y nuestro bebé está sano”. Pese a las complicaciones por ser un niño prematuro, el pequeño ya pesa más de dos kilos y medio.
Los médicos se muestran cautos al hablar sobre el proceso de recuperación de Sharista, aunque aseguran que su estado de salud evoluciona favorablemente. Por su parte, los familiares creen que la joven ha luchado por ella, pero sobre todo por el bebé que tenía en su vientre.