Llama la atención que después de todas las arbitrariedades y abusos de poder, violaciones sistemáticas de derechos humanos, falta de separación de poderes e irrespeto al estado de derecho por parte del régimen, muchos opositores siguen empeñados en llamar democracia al pseudo gobierno de Maduro, han optado por vivir en negación y hacer uso de la manipulación del lenguaje para evadir el principal problema que impera en Venezuela.
Es cierto que hay desabastecimiento, y que también la inseguridad nos está matando, que hay que hacer interminables colas el día que corresponde comprar los productos de primera necesidad y la inflación está por las nubes. Como venezolanos, todas estas situaciones denigrantes del ser humano nos indignan. Pero ese no es el problema de fondo en Venezuela.
El problema de fondo y aunque los estrategas políticos y de marketing no les guste usarlo porque son conceptos abstractos que supuestamente no los entiende el pueblo y no son atractivos electoralmente, son: carencia de libertad, ausencia de democracia, ¿cómo se traduce? se traduce en políticas de Estado para perseguir y reprimir, a través de detenciones arbitrarias, torturas e incluso asesinatos selectivos contra la disidencia, falta absoluta de separación de poderes, así como el empleo de una maquinaria para infundir terror a los opositores, desmantelamiento de las instituciones, por nombrar algunos ejemplos. ¿Por qué no hay libertad? El que protesta pacíficamente en contra del régimen va detenido, no hay libertad de expresión; el hecho que en Venezuela exista un control cambiario, significa que no hay libertad económica; cuando se tiene que hacer una carpeta y pedir autorización a Cencoex antes CADIVI para que autoricen unos dólares para que se pueda viajar no hay libertad de tránsito; cuando vas al supermercado y no puedes escoger la marca de tu preferencia sino comprar la marca socialista, no es un problema de democracia sino es un problema de falta de libertades, es una dictadura.
Para que volvamos a tener diversidad de productos en los supermercados, se acaben las colas, se decida atacar el problema de la inseguridad en el país, se elimine de una vez por todas el control de cambio, hay que adelantar una transición hacía la democracia. En derecho, hay un aforismo jurídico que dice “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”, y estoy totalmente de acuerdo con ello. Cuando el régimen deje el poder y volvamos a ser un país libre, democrático, rescatemos la institucionalidad, progresivamente, lo que tanto afecta nuestra calidad de vida va a mejorar. Pero para que eso suceda, primero tenemos que atacar el problema de fondo o problema principal, que es la falta de democracia y libertades, antes no. Algunos opositores piden desesperados que Maduro cambie y rectifique, pero eso no va a suceder.
Entonces, hay que llamar las cosas por su nombre y dejar de recurrir a la manipulación de los términos para confundir a la población, porque cuando dirigentes de la oposición deciden adornar sus discursos diciendo que en Venezuela hay “déficit de democracia”, “democracia enferma”, “democracia particular”, “democracia imperfecta”, “alteración de la democracia” y no hablan claro, están engañando al pueblo y, en esta situación tan grave que atraviesa Venezuela, lo correcto es trazar estrategias para restituir la democracia en Venezuela no para convivir con la dictadura.
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