La grotesca, violenta y desconsiderada intervención del lunes 13 de abril -de quien transitoriamente ejerce el Poder Ejecutivo en el país- es prueba inequívoca del descontrol y desespero que como hombre fracasado y gobernante incapaz, se atreve a amenazar a los venezolanos, en especial a todos aquellos distantes del proyecto en el cual se ha convertido la autocracia militarista, que proviene de un violento golpe de Estado el 4F-1992. Fue tan ofensivo el discurso de Nicolás Maduro que en el mismo con su desespero e irracionalidad logró producir en la gran mayoría electoral venezolana una condición de Hartazgo Político.
Hartazgo Político es la asfixia, desdén y desprecio que sienten la gran mayoría de los venezolanos electores demócratas por una supuesta revolución, que mediante la cooptación y autocracia militarista incide en una parte de la sociedad, violentando la Constitución y ausente de una ética política en quienes ejercen el gobierno. Nicolás Maduro como Poder Ejecutivo se atreve a ofender públicamente a la mayoría de los electores venezolanos, tensa su dignidad como grupo social, afecta el gentilicio de este pueblo y sobrepasa el nivel de tolerancia de quienes hasta ahora como demócratas, han resguardado el bien de la paz social.
Imperdonable es absolutamente para quien ejerce temporalmente el Gobierno en Venezuela, que se crea que tiene licencia para ofender y maltratar de la manera como intentó hacerlo, quien no sabe de política, menos de liderazgo y mucho menos lo que significa el gentilicio del venezolano. Por eso el Hartazgo Político creado por Maduro faculta el posible desarrollo y percute sobre venezolanos demócratas creando la posibilidad de una explosión social como repuesta a la insolencia del 13 de Abril, en una conmemoración teñida de abierta violación a la Constitución, cercado por la milicia, negando la democracia y aupando el primitivismo político y el militarismo.
Hartazgo produce la provocación del 13 de Abril y el desenfreno del discursante con lo cual se acerca a los demócratas, gran mayoría de electoral, a activarse como poder social. Poder Social que tiende a la explosión social y tendría como origen la ofensa y maltrato a los venezolanos, pero también la violencia e incitación de quien gobierna sobre los gobernados, queriendo el discursante con ello disimular las graves y grandes carencias de su gobierno. Frente a este cuadro de ineptitud se pretende, entonces, mancillar a una población que hasta ahora ha tolerado pacientemente convencida de que Venezuela tiene el legítimo derecho a realizar los cambios distantes a la violencia política.
Hartazgo Político es lo que siente el venezolano elector ante un actor desenfrenado, irrespetuoso y primitivo que acicateado por su fracaso se cree en el derecho de maltratar a la sociedad que gobierna. Hartazgo Político es el cansancio que tiene la gran mayoría electora que se siente asaltada por la corrupción exponencial, que se ha hecho del tesoro y de la hacienda pública. Hartazgo Político es lo que sienten la mayoría de los venezolanos frente a esta autocracia militarista, vergüenza de la historia política venezolana y exabrupto político del siglo XXI que lo único que ha logrado es colocar a Venezuela como el país más corrupto de América Latina y el más inseguro de la región.
El Hartazgo Político sólo puede tener como resolución la manifestación política colectiva de una sociedad, que frente a la situación supra partido y a la carencia de liderazgo político e instituciones civilistas, recurre entonces al último recurso civilizado el ciudadano en resistencia civil. El ciudadano activo a través de su participación contendiente y con la firme decisión de que no lograrán que se vaya del país, por cuanto no está dispuesto a huir y que siente con legítimo derecho que Venezuela se entienda como su terruño, y esto lo detendrá. Se detendrá y organizado estará dispuesto a exigirle a la barbarie política que Venezuela no es una horda, sino que es una Nación que se merece respeto.
La manifestación política colectiva pretende aplicar el poder plano. Poder plano con el cual comprendemos que, como miembros de la sociedad venezolana, nos amparan leyes, reglas y normas que son las que vinculan y ordenan al cuerpo societal en la postmodernidad. Así, abuelos y abuelas, padres y madres, hijos y nietos constituidos en masa crítica exigiremos en primer término respeto y decencia. En segundo término, prudencia y tacto del gobierno autocrático para con los miembros de la sociedad y, en tercer término mostraremos la convicción definitiva para producir mediante la resistencia civil un cambio en Venezuela, no como el de la revolución autocrática militarista que se fundó en el Golpe Militar del 4F, sino en el uso del poder social para exigir el cambio a los farsantes de la política y asaltantes de la Hacienda Pública que todavía creen que pueden ofendernos.
El Hartazgo Político que vive la sociedad venezolana, en especial quienes democráticamente son la gran mayoría, es insoportable y llama no al pretoriano y mucho menos al temerario, sino a la civilidad y al juicio de una sociedad toda que indignada frente a la ofensa pública llame a construir una corrección histórica. Corrección histórica para enseñarle a la barbarie política que quienes piensan y creen que con la ofensa, el maltrato y la amenaza pueden conducir a Venezuela, están absolutamente equivocados. La provocación, ofensa y reto de Nicolás Maduro ha terminado de ser la causa principal para que la sociedad democrática de Venezuela refuerce una reacción del poder social, con la cual se controle y desplace a quienes siendo gobierno desconocen la dignidad y respeto por los venezolanos.