Alberto Franceschi: Santos el Caldera Colombiano

Alberto Franceschi: Santos el Caldera Colombiano

thumbnailalbertofranceschi¿Es viable aun un nuevo régimen en Venezuela, sobre el chavismo sepultado? El solo acto de preguntárnoslo denota  una terrible interrogante sobre nuestro destino, si es que aún tenemos uno.

Y si dejamos prevalecer la opinión de muchos emigrados que se resignaron a  NO volver, pareciera que se despeja la incógnita por la peor vía posible.

Sin embargo  es interesante oír a los más jóvenes, de entre 18 y 30 años, hacer contraste con la generación de sus padres cincuentones.   El pesimismo que ya se tragó a los de edad mediana y por supuesto a los más viejos,  solo retrata el estigma que llevan grabado en su frente, como élite que fracasó en su misión de legar una nación en progreso para su descendencia,  o como espantados  del país que se les hizo de cuadritos, porque solo podían vivir en la manguangua del dinero  relativamente fácil,  o en  aquella Venezuela que aún premiaba el profesionalismo, el esfuerzo de superación  y la iniciativa privada.





Lo escrito no tiene ninguna pretensión de estudio sociológico, es apenas  una introducción para presentar la hipótesis, de que si no se produce, en tiempo muy próximo, un cambio radical de régimen,  por medios cuasi insurreccionales,  vendría entonces no solo la gran diáspora de centenares de miles de los que quedan de clase media  de edad madura, sino también  el inicio de una, quizá larga etapa, de guerra irregular asumida por la nueva generación que NO ACEPTARÁ JAMÁS  perder su patria.

Eso supone, antes de perder definitivamente la república,  el protagonismo de masas de jóvenes indignados que harían causa común,  SI ES QUE PORFIN  SALIERAN A LA PELEA,  de la mano de por lo menos parte de los altos mandos militares y de los cuarentones o mayores, aun dolientes del país sepultado,  que no se resignan a perder aquella Venezuela que les brindó tantas oportunidades  y que entró de lleno ahora en la barbarie y la dislocación de TODAS aquellas relaciones sociales que dieron forma histórica a la nación venezolana.

Esta primera conclusión sirve de parámetro para hacerles entender a todos los alcahuetes del régimen lumpen chavista-madurista  y a toda la pléyade de “guisadores” de la boli-burguesía,  que no solo serán considerados  como los responsables de este desastre a enfrentar,  sino que NO TENDRAN LUGAR, NINGUN LUGAR,  en la Venezuela que resurgirá de las cenizas de esa contienda insurreccional,  así resulte prolongada y muy cruenta.

A quienes  le  gusten las comparaciones históricas les dibujo que  la peste gobernante, que equivale  a la dictadura de las tropas de la horda salvaje de Boves,  deberán enfrentar, en una guerra larga o breve,  a un nuevo ejército,   con lo mejor de  la joven generación,  que reponga la lucha de Bolívar, y más aún,  cuyo ámbito será el territorio de la antigua Gran Colombia,  porque será una alianza por encima de  las fronteras superadas,   que  nos comprometerá con el grueso de la FFAA colombianas en una lucha común contra el eje Chavismo- FARC.

Imaginamos muchos  procesos que pueden combinarse como fenómenos  realmente inéditos. Un primer proceso, hasta hoy NO desencadenado, pero que  puede  estar planteado por muchas vías en pocos años,  es que el “calderismo” colombiano, que representa el gobierno Santos, es decir el eje político de capituladores ante el castrismo, termine allá  aniquilando la democracia como aquí,  dado que allá ya están abriéndole las puertas a un régimen de las FARC, o ayudando a tender la cama  para que el hampa guerrillera llegue al poder, según los cánones de la inviabilidad populista  de la elite bogotana en desbandada.

Estoy convencido que la ignorancia mata, a veces,  como sabemos  demasiados, de golpe como a un imbécil que agarra un cable de alta tensión, o se traga una sustancia venenosa de forma inconsciente, pero otra veces mata de forma lenta, como es por ejemplo una república, su elite y buena parte de su buena gente  que ve pulverizadas,  como en Venezuela,  sus condiciones materiales de existencia, por haber elegido,  en su brutalidad colectiva, al primer irresponsable que  se les para en una tarima a ofrecerles vivir de gratis o tener garantías de enriquecerse con una economía delictiva soslayando los peligros.

La masa de hampones reunidos en la élite chavista-madurista-diosdadista  seguro saldrá en un 90%  disparada,  apenas cambien los vientos y se venga abajo el tinglado institucional malandro. Pero ese 10 % que aspira seguir saqueando y que tiene en sus manos poderosos instrumentos de corrupción y coerción terrorista, seguramente querrá enfrentar  el desiderátum de  tener que  defenderse  de su pronosticada drástica reducción y neutralización  física.

Me ha tocado varias veces en mi vida tener razón muy anticipadamente, mis amigos de décadas lo saben. Pero mi error repetido es pronosticar antes de tiempo el final de tal o cual esquema de poder opresivo.

De manera que no voy a repetir  debatirme en términos perentorios de tiempo. Solo sé  que el proceso colombiano y venezolano se hará ÚNICO,  sea  porque logremos en  x  lapso eliminar físicamente el cáncer  del chavismo en el poder que hace metástasis en Colombia al habérnosla tragado, abducida por nuestro caos,  o  porque Colombia sumiéndose en una terrible crisis institucional,  responda con sus FFAA al llamado de una nueva generación de patriotas venezolanos  que como verdaderos herederos de la misión de Bolívar en Boyacá  le pidan a los Colombianos, OTRA VEZ,  su ayuda militante para una nueva campaña de Carabobo, donde por cierto vive y obra la dirección de las FARC  bajo el amparo del gobierno de  los narcosoles.

La síntesis de todo lo dicho es muy breve: Quizá llegó el  momento de organizar una legión de jóvenes  dispuestos para esta gran tarea de su generación, construir un nuevo ejército patriota  si las  actuales FFAA no cumplen con su deber. Será una fuerza militante   donde NO primen los vicios y componendas de las viejas generaciones manoseadas,  cuya mejor expresión política es la MUD o vividores y sobrevivientes fanatizados del exilio irredento que disfrazan,  con virtudes de prostitutas arrepentidas,  a oportunistas rastreros y logreros, de los primeros años del chavismo,   para pasar y sobre todo posar ahora,  como  nuevos héroes,  siempre calculando,  que estarán en “la parada”  del  héroe oculto,  para el que viven en campaña… sobre todo financiera.