Por Pedro Pablo Peñaloza @pppenaloza ) para el portal Konzapata.com / Rafael Isea es más hijo de Chávez que Tareck El Aissami. En febrero lo recordaba el ex ministro Héctor Navarro en una entrevista que concedió a la página web Contrapunto. “Rafael Isea, que se sentó durante cuatros años en esa mesita en la que discutíamos Chávez, Giordani, Aguilarte y yo sobre cómo construir el proyecto bolivariano”, rememoró Navarro exudando nostalgia. Eran otros tiempos. Hoy, ninguno de ellos se sienta en la mesita. Dos han sido execrados del Gobierno, uno fue vilmente asesinado y el otro ejerce de patriot cooperating en el imperio. ¿Y Chávez? Tampoco está y por eso no puede defenderse de los ataques de El Aissami.
El Aissami dispara contra el teniente Isea, pero termina impactando de lleno en la memoria del líder eterno. “Quería hacer una grave denuncia. En dos años siempre me callé por respeto al pueblo porque aquí fue el pueblo que lo echó (a Rafael Isea), y también me callé porque el comandante (Hugo) Chávez me dijo cuando me envió para acá: estoy sacando a un hijo mío por traidor, no me vayas a fallar tú que eres otro hijo”, declaró el gobernador del estado Aragua, según recogen distintos medios. ¿Quiere decir que para no fallarle al padre, calló la corrupción de su hermano? ¿Si el padre estaba al tanto de esa situación, por qué designó al hijo descarriado como director del Banco del Alba el 30 de mayo de 2013? Bonita familia revolucionaria.
Al chavismo le importa el qué dirán. Al menos, en Estados Unidos. “Hoy, este bandido, traidor, está refugiado en Washington y entregado al programa de testigos protegidos a cambio de aportar información basura en contra de Venezuela”, dice El Aissami sobre su hermano Isea. Quizás esa “basura” permitió a más de un boliburgués vivir en la bonanza. Entretanto, El Universal y Últimas Noticias titulan que “no prosperó la denuncia contra Diosdado Cabello en EEUU” que presentó Leamsy Salazar, el mismo que Chávez exaltó como un “humilde gran soldado de la infantería de Marina”. Estos periódicos independientes no toman la información de una fuente del Departamento de Justicia ni del FBI ni de la CIA y mucho menos del New York Times. Ambos reconocen que se limitaron a reproducir una de las “exclusivas de última página” del semanario caraqueño Quinto Día. Y al séptimo día, Diosdado descansó.
En una visita a la tierra de su padre, el hijo dilecto exigió a sus futuros diputados “jugar pegado aquí, ¡porque yo soy el Presidente de la República!”. Antes, flanqueado por Adán Chávez, Maduro cuestionó a quienes “hacen reuniones secretas pa’ conspirar ¿Eso es revolución? Quien hace eso le hace el juego al imperialismo, a los enemigos del pueblo. Quien hace eso traiciona el legado de Hugo Chávez. ¡No al individualismo¡ ¡No al divisionismo! ¿Me estoy explicando, verdad?”. Clarito. Dos días más tarde, la noticia es que habrían imputado por corrupción a otro vástago del gigante, uno de los héroes del desembarco de Daka. ¡Honor y gloria a los generales de la guerra económica! El 23 de agosto de 2014, junto con el vicepresidente Jorge Arreaza y el gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, el mayor general Hebert García Plaza celebró en San Benito la instalación de una base de misiones socialistas contra la pobreza extrema. Por esas cosas del destino, la base llevaba por nombre “Los hijos de Chávez el Grande”.