El papa Francisco afirmó hoy que la desigualdad de retribución entre géneros “es un escándalo” e invitó a los católicos a ser más exigentes para evitar discriminaciones de este tipo, durante su catequesis en la tradicional audiencia de los miércoles. EFE
Francisco continuó hoy sus catequesis sobre el tema del matrimonio y aseguró, ante las decenas de miles de personas concentradas en la plaza de San Pedro, que “la semilla cristiana de la radical igualdad entre los cónyuges tiene que dar hoy en día nuevos frutos”.
“Como cristianos tenemos que ser más exigentes para llegar a esta meta. Por ejemplo, sostener con decisión el derecho a igual trabajo, igual salario. La desigualdad es un puro escándalo”, señaló.
Y lanzó el interrogante: “¿Por qué se da por descontado que las mujeres tienen que ganar menos que los hombres?”.
También Francisco pidió que se reconozca “la riqueza siempre validad tanto la maternidad de las mujeres como la paternidad de los hombres”.
El pontífice argentino también instó a “reflexionar seriamente para comprender por qué los jóvenes de hoy no quieren casarse” y aseguró que esto sucede “a pesar de que casi todos desean una seguridad afectiva estable y un matrimonio sólido”.
Sobre ello, Francisco explicó que las dificultades para casarse “no son sólo de carácter económico, aunque estas sean, de verdad, muy serias” y afirmó que existe demasiado “miedo a equivocarse y fracasar”.
El papa también calificó de “injuria” de “una forma de machismo” el pensar que la crisis de los matrimonios depende de “la emancipación de la mujer” en los últimos años.
Francisco resaltó que “el matrimonio consagrado por Dios protege esa unión entre el hombre y la mujer, que el mismo Dios ha bendecido desde la creación del mundo, y que es fuente de paz y de bien para las personas y para la sociedad”.
Y añadió que “los esposos que se casan en el Señor se transforman así en un signo eficaz del amor de Dios en el mundo. El mejor modo de mostrar al mundo de hoy la belleza y la bondad del matrimonio es el testimonio de vida de los mismos esposos y de la familia”.
En los saludos en español, Francisco pidió la intercesión de la Virgen María por todos los esposos, “especialmente por los que pasan por dificultades”.