A casi seis meses de haber sido capturado en las calles de Cartagena, la Corte Suprema de Justicia acaba de avalar la extradición a Venezuela de Leiver Padilla Mendoza, alias El Colombia, supuesto asesino del diputado chavista Robert Serra, asesinado en Caracas, el 1 de octubre de 2014, en hechos que no han sido esclarecidos, publica El Espectador.
En su momento, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que a Serra lo asesinaron los paramilitares colombianos. “Son grupos terroristas y paramilitares colombianos quienes están detrás de planes para desestabilizar el país se ha dicho”, dijo Maduro. Y luego fue replicado por el presidente de Unasur, el expresidente colombiano Ernesto Samper, quien sostuvo que el asesinato de Serra era una “preocupante señal” de la “infiltración del paramilitarismo colombiano” en Venezuela.
Igualmente, que su homicidio fue por cuenta de un problema personal con su escolta, Edwin Torres Camacho. Los detalles de lo que, hasta ahora, se sabe son, de hecho, reproducidos por la Corte Suprema en su concepto.
“En la investigación desarrollada por el Ministerio Público, se ha logrado determinar, que en fecha 01 de octubre de 2014, a la residencia de Robert Serra, ubicada en la esquina de San Fernando a Nazareno, frente al Colegio República de Bolivia, ingresaron seis sujetos armados, quienes sometieron en primer lugar a la ciudadana María Hogdalis Herrera Sequera, la amordazaron de manos y pies y le propinaron diversos golpes que le produjeron hematomas y equimosis en el área de la cara y oreja, así como ocho heridas a la altura del tórax. Lo que le causó indefectiblemente la muerte”.
Por su parte, a Serra lo apuñalaron “a la altura del tórax, en su mayoría en el lado izquierdo, otras en el lado derecho y otras por la espalda, solo teniendo una en el brazo. Lo que indica que el hecho tuvo que realizarse entre varias personas: quienes lo sostenían mientras, por lo menos, otras dos le causaban las heridas mortales”.
A las pocas semanas de haber sido detenido Padilla le solicitó al gobierno colombiano que le concediera el asilo político. En entrevista con la emisora W Radio, en noviembre del año pasado, Padilla sostuvo que no tenía nada que ver con este homicidio y que, en Venezuela, había un complot político en Venezuela. No tengo nada en contra de Nicolás Maduro. Yo soy chavista y no sé por qué me juzgan de esta manera, me dicen que soy colombiano y la verdad no entiendo nada”.
Ante la Corte Suprema, Padilla dijo que en Venezuela no contaba “con garantías para que se adelante su proceso penal, obedeciendo el juicio que allí se le adelanta a ‘un montaje’ (…) Se evidencia la vulneración de los derechos de quienes son juzgados por las autoridades de Venezuela, por razón de una indebida o ausente valoración del acervo probatorio”. Pero la Corte, al final, no le dio la razón.
Ahora solo falta el aval del presidente Juan Manuel Santos para el traslado de Padilla a Venezuela a enfrentar el proceso en su contra por uno de los crímenes más sonados en los últimos años en ese país.