La aerolínea portuguesa TAP operó 118 de los 156 vuelos que tenía programados hasta el mediodía pese a la huelga de pilotos que comenzó hoy, lo que supone que canceló el 25 % de las conexiones previstas.
El impacto del paro es, de momento, más reducido de lo esperado por los propios administradores de la aerolínea, que ayer advirtieron de las “enormes dificultades” que iba a causar la protesta de los pilotos.
Para toda la jornada de hoy, los servicios mínimos fijados por las autoridades lusas sólo garantizaban el 10 % de las cerca de 300 conexiones que había previsto, lo que refleja que hubo pilotos que no se han adherido a la movilización.
En su primer balance, TAP informó de que había operado 52 de los 73 vuelos programados entre la medianoche y las 07.00 horas GMT.
La compañía dio las gracias a través de un portavoz a los pilotos que fueron a trabajar y no secundaron la huelga, además de presentar sus disculpas a los clientes afectados.
Los principales aeropuertos lusos funcionaron hoy con relativa normalidad, aunque se registraron largas colas frente a los mostradores de información de TAP con los pasajeros que no pudieron volar.
La aerolínea lusa, propiedad del Estado portugués e inmersa en un proceso de privatización, advirtió de que en aquellas conexiones que no han sido canceladas con antelación, los pasajeros deben hacer su “check in” y continuar hasta el embarque, y será sólo allí donde se les podrá confirmar si se realiza o no su vuelo.
Los pilotos decidieron movilizarse para protestar por lo que consideran un incumplimiento del acuerdo alcanzado en diciembre con el Gobierno y la compañía para desconvocar una huelga en plenas navidades.
Con ese pacto, el Ejecutivo aceptó la creación de un grupo de trabajo con los representantes de los empleados de TAP con capacidad para “influir” en las condiciones exigidas por el Estado en su privatización.
El Sindicato de Pilotos de Aviación Civil (SPAC) reclama el cumplimento de un acuerdo alcanzado con el Ejecutivo en 1999 en el que se precisaba que en caso de privatización y de actualización de los salarios, el colectivo recibiría una participación de la compañía equivalente al 20 %.
Además, exige la recuperación de complementos salariales para las categorías sénior, congelados desde 2011, un punto que no ve garantizado debido a que el actual Gobierno no incluyó sanciones para el futuro comprador de TAP en caso que no cumpla con este requisito.
“No podemos aceptar la reducción de salarios”, dijo ayer el representante del sindicato, Hélder Santinhos, tras confirmar que la huelga se iba a realizar. EFE