Los índices poblacionales del INE han descubierto – reseña el editorial de El Nacional (16-04-2015)– la disminución de pobladores en Baruta y Chacao, que pierden 127.831 habitantes entre junio y diciembre, mientras advierten la multiplicación de ciudadanos dispuestos para votar en jurisdicciones como los Valles del Tuy. En las primeras ha ganado siempre la oposición, mientras que en los otros se ha impuesto el oficialismo. Lo insólito es que estos municipios opositores “recuperan” la población después de las elecciones.
La pobreza crece (48%) y la debacle económica no solo se mide por las infames colas para comprar alimentos, sino por el ocultamiento del BCV de las cifras de escasez, inflación y caída de 7% de la economía, en la creencia de que los venezolanos no sentimos en nuestro magro presupuesto familiar el peso de la inflación más alta del mundo (el aumento de la cesta básica ya entró en los 3 dígitos) todo ello adobado por la violencia salvaje de la delincuencia que asesina impunemente y asalta a la desvalida población para robarle las pequeñas bolsas de comida que ha logrado adquirir después de largas horas en cola.
Muchos demócratas del mundo reconocen que en estos comicios Venezuela podría enfrentar la última elección de la década y quizás la más importante de las batallas electorales. Si el chavismo se impone en las próximas elecciones por las trampas en las que es experto y por la abstención de quienes repiten que a “las dictaduras no se sacan con votos”, la esperanza de recuperar la democracia y el bienestar será imposible. A quienes en las redes dicen que con votos no salimos de esta pesadilla les preguntamos ¿de cuántos misiles, tanques y armas de guerra disponen para luchar contra quienes tienen todos los artilugios bélicos y a militares rojos armados hasta los dientes? El arma de los demócratas es el voto, aunque en regímenes como el de Maduro haya sido sometido a trampas continuas. Quedarse inermes esperando que el gobierno termine con lo que queda del sector privado, controle totalmente la educación, nos deje sin medicinas y alimentos e inermes en manos del hampa, es suicida. Debemos demostrarle al mundo que este gobierno es una minoría y aprovechar el rechazo mundial a la violación de los derechos humanos en Venezuela –incluyendo el apoyo a unas elecciones limpias– para que la MUD masivamente apoye el documento de Ciudadanía Activa en el que solicita a organismos internacionales 20 garantías electorales, como el regreso de la observación internacional calificada, auditoria del RE, supervisión internacional del acceso a la inscripción electoral; prohibición de cadenas y publicidad gubernamental durante la campaña, como ocurre en todo el mundo, acceso opositor a los medios públicos y otras.
La MUD debe abandonar su tradicional ocultamiento de las trampas y de los riesgos electorales del gobierno en la creencia de que esa verdad genera abstención. Los electores debemos ir a votar masivamente porque tenemos la posibilidad de ganar, a pesar de las trampas No ir a votar es reglarle a Maduro el control “legal” del país y su total destrucción. No descartemos que el gobierno decida no convocar a elecciones con la excusa de que se está planificando el magnicidio imaginario número 20, porque Maduro también sabe que aunque ellos tienen las armas, la oposición tiene los votos.