La reciente aparición del impactante libro Bumerán Chávez. Los fraudes que llevaron al colapso de Venezuela, de Emili J. Blasco, conocido y generalmente bien informado periodista español, está alimentando los fantasmas abstencionistas de algunos grupos que plantean la posibilidad de abstenerse o exigir condiciones inalcanzables, como el retorno al voto manual, para las próximas, y esperemos que cercanas, elecciones parlamentarias.
No tengo dudas de que el régimen ha realizado desde 1999 todos los esfuerzos que ha podido para tratar de controlar las elecciones por la vía electrónica. ¿No es acaso una dictadura postcomunista y postguerrafría? Los rojos desprecian las instituciones republicanas y liberales. Les produce urticaria el voto opositor. Lo que ocurre es que se han visto obligados a aceptar ciertos controles y condicionamientos que son, precisamente, los que permitieron que Chávez perdiera en el referendo aprobatorio de 2007, Antonio Ledezma ganará en dos ocasiones la Alcaldía Metropolitana contra dos dirigentes importantes del chavismo, Aristóbulo Istúriz y Ernesto Villegas, y Henrique Capriles obtuviera una victoria resonante en Miranda en las pasadas elecciones de gobernadores, luchando contra todo el poder del Estado. Esto, para citar solo algunos casos.
El punto fundamental está en ver cuál es la eficacia de los temores de escamoteo, siempre existentes, y la denuncia, y saber cómo actuar frente al fraude coyuntural o continuo, electrónico o de otro tipo.
En ninguno de los procesos electorales que se han convocado desde el 99, la oposición ha cubierto cien por ciento de las mesas electorales. Allí se manifiesta uno de los aspectos de la crisis de los grandes partidos, AD y COPEI: desmantelaron su aparato electoral. Hay casos, como el Referendo Revocatorio de 2004, en que no se llegó a 80%. La vez que más se ha cubierto, se alcanzó cerca de 90%. Donde la oposición no está presente el gobierno triunfa con holgura. No conozco ninguna mesa donde hayan estado presentes los testigos opositores, se haya levantado el acta, esta se haya firmado, y haya aparecido un resultado distinto al que muestra el acta que conserva la oposición.
Tampoco conozco a nadie que haya sido botado de su trabajo o haya perdido su beca o su pensión por haber sufragado en contra del gobierno. En varios comicios, en Fuerte Tiuna la oposición ha obtenido porcentajes altos y nadie ha sido, que se sepa, despedido o apresado. El secreto del voto está garantizado, lo que ocurre es que el gobierno intenta sembrar dudas para crear temor. Lo que sí está comprobado es que el oficialismo triunfa con comodidad en las mesas donde se queda solo porque la gente se abstiene y, además, los testigos desaparecen antes de los escrutinios y de la elaboración y firma del acta.
La posibilidad del fraude se combate votando y organizando un ejército de hombres y mujeres que sean capaces de enfrentar los chantajes, las amenazas, las presiones de todo tipo que los gamberros rojos desatan con todos los instrumentos que poseen: motorizados, grupos paramilitares, ejército, prolongación de la jornada más allá de la hora legal.
El fraude electrónico no puede demostrarse y la automatización no será cambiada mientras este régimen exista. Habrá que convivir con ella. Es una variable independiente que la oposición no puede controlar. Lo que sí depende de la alternativa democrática es el nivel mayor o menor de organización con el cual se concurre a los procesos electorales. Aquí estamos fallando, mientras el PSUV engrasa su maquinaria todos los días, con la complicidad del CNE. En Miranda se ganó la gobernación porque Capriles se concentró en esa titánica tarea.
El voto es el principal instrumento de lucha democrática, aunque no el único. Tenemos que demostrarnos y demostrarle al mundo que somos la mayoría del país. A partir de esta comprobación empírica podremos emprender otras acciones. En la actualidad la oposición no es capaz ni siquiera de organizar un paro de 12 horas del transporte, a pesar de que es un sector duramente golpeado por la inseguridad, la escasez, la inflación y todas las plagas que azotan al país.
Hay que llamar con entusiasmo a votar. A la gente le corresponde hacerlo con convicción y coraje. A la MUD le corresponde ocuparse de la organización para que ningún detalle importante quede al azar. Contra el fraude, ¡vota!
@trinomarquezc