El Gobierno de Estados Unidos está en conversaciones con la Cancillería de Venezuela para solucionar el impasse que se suscitó tras la petición a Washington de que debe reducir su personal diplomático en la embajada en Caracas, así como notificar cada reunión que celebren, publica El Universal.
FRANK LÓPEZ BALLESTEROS | EL UNIVERSAL
A más de dos meses que el presidente Nicolás Maduro solicitara a EEUU reducir el personal diplomático en su embajada en Caracas, notificar las reuniones que sostuvieran los funcionarios en Venezuela -en el marco de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (art.11 y 41)-, y la exigencia de visa de turismo a los estadounidenses para ingresar a Venezuela, el último punto es el que se ha cumplido.
“Estamos teniendo conversaciones sobre este asunto (de la embajada) con el Gobierno venezolano por la vía diplomática”, respondió un vocero del Departamento de Estado de EEUU a una consulta de El Universal.
El 8 de marzo la Cancillería dijo que EEUU contaba con un lapso de 15 días para realizar una clasificación de sus funcionarios en la embajada en Venezuela, a fin de reducir el volumen de su delegación.
Maduro tomó esta decisión en respuesta a las sanciones aplicadas contra siete funcionarios venezolanos.
Si bien en un comunicado enviado a la embajada venezolana en Washington, fechado el 4 de marzo, el Departamento de Estado resaltó que “el gobierno estadounidense revisará sus necesidades de personal para la Embajada en Caracas”, EEUU está en desacuerdo con esta exigencia.
Por el momento, la embajada, así como la oficina de asuntos consulares, continúa operando con el mismo personal, dijeron fuentes. En la actualidad la legación estadounidense en Caracas trabaja con 700 empleados, la gran mayoría venezolanos.
De acuerdo con el Gobierno venezolano, 100 son funcionarios estadounidenses.
En las últimas discusiones sobre el caso, el Departamento de Estado le recordó a Venezuela que de tener que reducir su personal en el país, Caracas tendría que hacer lo mismo en EEUU, lo que obligaría a cerrar consulados en varias ciudades, dejando al país sin representación.