Sin duda alguna, la calidad de vida de los venezolanos ha venido decayendo de forma estrepitosa en los últimos años, al punto de estar sometidos a un estado casi de supervivencia total.
No puede el ciudadano común enfrentar la inflación galopante, una de las más altas del mundo con uno de los salarios más bajos de la región. Como nos alimentamos, pagamos servicios y obligaciones, educamos a nuestros hijos, proveemos salud a nuestra familia, pagamos vivienda y transporte público. Un padre o madre de familia con un salario de poco más de 6 mil bolívares al mes, cuando la canasta básica familiar roza los 40 mil bolívares. Es decir, el déficit estranguló nuestro bolsillo.
A donde fue a parar la calidad de vida de los venezolanos que se ven imposibilitados de acceder a una vivienda digna, a un vehículo nuevo. Que alguien nos explique como un trabajador que gana poco más de 6 mil bolívares al mes, accede a un carro que cuesta 30 mil dólares y más.
Pero eso no queda allí. Cuando ese padre o madre de familia tiene en sus manos esos 6 mil y pico de bolívares, lo poco que puede comprar no lo consigue y tiene que peregrinar de mercado en mercado y hacer largas colas para mal comprar provisiones para sobrevivir.
El ciudadano común vive confinado tras rejas, porque la inseguridad no solo lo acosa en las calles, sino que también lo ataca dentro de sus casas. La impunidad campea, y pareciera que el país está en manos del hampa, como sí viviéramos un toque de queda.
La corrupción, diera la impresión que se ha legalizado, como un cáncer incurable en todos los niveles de nuestra sociedad. El venezolano está expuesto día tras día a la “matraca” o al “cuanto hay pa’ eso,” para conseguir cualquier cosa.
Que puede pensar un venezolano acerca de su nivel y calidad de vida, cuando tiene que ir de hospital en hospital para que sean atendidos sus problemas de salud y en todos siempre consigue la misma respuesta, “no hay insumos”, “no hay médicos” o “no hay ambulancia”.
Podría escribir un libro acerca de las penurias que vivimos los venezolanos, mientras que pareciera que quienes tienen en sus manos la rectoría del país, El Gobierno, se mantiene mirando hacia otro lado, y no asume con visión de progreso su tarea. En muchos casos se atienden las necesidades de otros países, mientras los ciudadanos venezolanos cada día vivimos peor.
Diputado Freddy Paz
@freddyspaz