Una tórrida historia de amor entre dos mujeres sacude Cannes

Una tórrida historia de amor entre dos mujeres sacude Cannes

(foto Reuters)
(foto Reuters)

Una historia de amor entre dos mujeres en los años 50, con la siempre sublime Cate Blanchet, en “Carol” de Todd Haynes, entró como un soplo de aire fresco al Festival de Cannes, con opciones a premio.

Carol Aird (Blanchett), una burguesa casada con un banquero en el Nueva York de los años de posguerra, atrapada en un matrimonio infeliz, encuentra un día a una vendedora, Therese Belivet (Rooney Mara) en unos grandes almacenes y surge el flechazo.

Carol ya había tenido algún flirteo más o menos efímero con una amiga de la infancia para tratar de evadirse de su asfixiante jaula dorada, pero para Therese, una joven veinteañera a quien le gusta la fotografía pero incapaz de saber lo que realmente quiere hacer de su vida e insatisfecha con su convencional novio y una existencia anodina, esta relación le abre un nuevo mundo.





Adaptada de la segunda novela homónima y autobiográfica de Patricia Highsmith, publicada en 1952 con el seudónimo de Claire Morgan, “Carol es una historia de amor inesperada entre dos mujeres de edad y clases sociales diferentes”, cuenta el director Todd Haynes, que ya trabajó con la actriz australiana, en “I’m not there” una película sobre la vida de Bob Dylan.

Las dos mujeres se topan rápido con el convencionalismo reinante en una sociedad recién salida de la II Guerra Mundial, que no permite salirse del redil, y más en la sociedad en la que vive la distinguida y siempre elegante Carol, en proceso de divorcio de su rico marido, Harge (Kyle Chandler).

Considerada como una enferma, Carol, acusada de “inmoralidad”, lo que supone la pérdida de la custodia de su hija, acepta someterse a una “cura” de su homosexualidad con un especialista y deja de ver a su joven amante por un tiempo, antes de decidir que prefiere vivir su vida.

El desafío de interpretar un papel de una novela de Highsmith es que es muy “tan misterioso y ambiguo”, dijo Cate Blanchett en la conferencia de prensa que siguió la proyección del filme.

El personaje de “Carol es un producto de la imaginación de Therese”, pero la fina pluma de la guionista, Phyllis Nagy, “inventó todo un mundo para Carol”, convirtiendo su papel en un “regalo”, admitió la actriz australiana, una de las más solidas aspirantes a llevarse el próximo 24 de mayo uno de los pocos premios que le faltan en su ya abultado palmarés, en el que que destacan dos oscars por “Blue Jasmine” y “El Aviador”.

– Tiempos muy conservadores –

La actriz australiana, madre de cuatro hijos (a la más pequeña la acaba de adoptar), aseguró que la escena erótica que protagoniza con su joven amante “fue como cualquier otra” y no fue ni más ni menos difícil que con un hombre.

Tampoco lo fue para Rooney Mara, que ha trabajado en películas como la adaptación estadounidense de “Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres”, “Los amantes de Texas” “La red social”. “Me desnudo a menudo, por lo que no me causó ningún problema”, admitió en medio de las risas.

Al ser preguntados sobre la evolución de la sociedad, Cate Blanchett, que llevaba un vestido negro por debajo de la rodilla de transparencias y una chaqueta de cuero similar y su rubia melena suelta, ligeramente maquillada y prácticamente sin joyas, recordó que todavía hay 78 países en los que la homosexualidad es ilegal y en siete de ellos se aplica la pena de muerte para los homosexuales.

“Seguimos viviendo tiempos muy conservadores y si crees que no es así estás muy loco”, apostilló.

Para Blanchett, “lo interesante de interpretar un papel como Carol es que la sexualidad es un asunto privado”, y no como ahora, que “parece si eres homosexual, tienes que hablar de ello todo el tiempo”, agregó la actriz, que en las última semana protagonizó un pequeño revuelo al asegurar en una entrevista que había tenido “numerosas” relaciones con mujeres, aunque en Cannes precisó que si la pregunta es “si he mantenido relaciones sexuales, la respuesta es no”.

Heynes, el único representante del cine estadounidense este año en Cannes junto con Gus van Sant (“El paraíso de los sueños), no volvía a la ‘riviera’ francesa desde hace 17 años, cuando aspiró a la Palma de Oro con su película “Velvet Goldmine”, en la que describía los transgresores años 70. AFP