Ni Fidel ni Raúl Castro pueden negar sus raíces católicas, a pesar de que en su juventud abrazaran el marxismo-leninismo. Sus padres, el gallego Ángel Castro y la cubana de origen canario Lina Ruz, eran católicos. Aunque en realidad quien practicaba la religión y se preocupó por que sus hijos estudiaran en colegios religiosos fue su madre, así lo informó ABC
Carmen Muñoz / Madrid
Fidel Castro, de 88 años, y su sucesor en la presidencia cubana, de 83 años, estuvieron internos en escuelas católicas de la clase media-alta que su padre, un terrateniente de origen humilde, podía pagar con holgura. Primero estudiaron en un centro de los hermanos de La Salle en Santiago de Cuba. Luego en el colegio Dolores, en la misma ciudad oriental, que pertenecía a la orden de los jesuitas. En la adolescencia se trasladaron al colegio Belén, en La Habana, uno de los más prestigiosos de Cuba y el mejor de los jesuitas en la isla. En esa institución coincidían los vástagos de la aristocracia y los que no pertenecían a la élite, el caso de los hermanos Castro; quienes luego hicieron la revolución y los que se opusieron a ella desde el principio o al ver su deriva totalitaria.
Cuando Raúl Castro salió «impresionado» de su encuentro con el Papa Francisco, el pasado fin de semana en El Vaticano, recordó su cercanía a la Compañía de Jesús en su niñez y adolescencia: «Él es jesuita, yo también, en cierto modo, porque siempre he estado en escuelas jesuitas». Lenier González, uno de los coordinadores de la plataforma de debate Cuba Posible y exeditor de la revista de Archidiócesis de La Habana «Espacio Laical», asegura que esta conexión «crea camaradería por el modo en que se formaron y la forma de entender el mundo».
Le dejaron huella
El líder del castrismo reconocía a Ignacio Ramonet en «Fidel Castro, biografía a dos voces» que «mi temperamento, en parte de nacimiento, se forjó también allí con los jesuitas». A estos religiosos los describía como «gente de carácter y preparación, austeros, rigurosos, sacrificados y trabajadores».
Durante y después de la etapa escolar hay más referencias sobre la religiosidad del hermano mayor. «Fidel sí era practicante, se confesaba y comulgaba, aunque ya en la Universidad lo hacía sin intensidad. De Raúl no se conoce tanto. Desde muy joven dejó de ir a la iglesia, no terminó el bachillerato en Belén y pronto se asoció a la Juventud Socialista (del Partido Socialista Popular, comunistas históricos)», explica Marcos Antonio Ramos, historiador e investigador del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami.
Pero en cuanto se hicieron con el poder, el 1 de enero de 1959, se olvidaron de sus raíces católicas, expulsaron a sacerdotes de la isla e intervinieron los colegios religiosos. El disidente José Daniel Ferrer, de 45 años y líder de la Unión Patriótica de Cuba, recuerda que cuando se explicaba la historia de Roma en su libro de 5º de primaria, se decía que «Jesucristo era un mito creado por las clases explotadas; un invento que ya no se utiliza». Cuando cayó la URSS, el régimen cubano rebajó la tensión con los religiosos.
Sobre la posibilidad de que Raúl Castro vuelva a rezar y regrese a la Iglesia «si el Papa continúa hablando así», como dijo en Roma, hay todo tipo de reacciones. «Eso sería especular, ha dicho esa frase, veremos el futuro», señala el secretario ejecutivo de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, monseñor José Félix Pérez Riera.