El presidente del Parlatino, Ángel Rodríguez, acusó a Exxon Mobil de desarrollar una estrategia para sabotear el acercamiento entre Venezuela y Estados Unidos, pues sabe que la relación entre los dos países se puede tensar con sus actividades de exploración petrolera en las aguas del Esequibo, cuya territorialidad reclama Venezuela a Guyana.
El diputado destacó que no es una casualidad que la transnacional norteamericana haya develado el hallazgo de yacimientos de crudo en la zona el 7 de mayo de 2015, tres días antes del arribo del alto diplomático estadounidense Thomas Shannon a Caracas, que viajó con el objeto de impulsar un diálogo fluido entre Venezuela y Estados Unidos.
“El anuncio del descubrimiento del mineral a la prensa internacional es un acto de provocación, que busca una reacción militar por parte del Primer Mandatario Nacional, Nicolás Maduro. Si hay una respuesta armada, vaticinan que el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama intervendría el área con la IV Flota, provocando una guerra”.
Ángel Rodríguez denunció que hace dos meses Exxon Mobil desarrolló una artimaña similar, dado que divulgó que iniciaría sus operaciones en este sitio vedado para este tipo de actividades, el pasado 6 de marzo, tres días antes de que Obama firmara el decreto que declara a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos.
“Sin duda que la empresa buscaba aprovechar esta coyuntura difícil para enrarecer las relaciones entre los dos países”.
Motivación de fondo
Para el presidente del Parlatino las razones que impulsan a Exxon Mobil a atacar a Venezuela son obvias, dado que al demandar a nuestra nación a finales de 2007 ante el CIADI, perdió la oportunidad de extraer oro negro en la Faja Petrolífera Hugo Chávez, que es el mayor reservorio de este combustible en todo el planeta.
Rodríguez agregó que en 2008 Exxon Mobil intentó la congelación de 12 mil millones de dólares en activos externos de PDVSA, por parte de un Tribunal de Londres. Como no lo logró, incrementó el lobby ante congresistas norteamericanos de ultraderecha, a fin de promover la culminación del oleducto de Keystone, para reducir las importaciones de EE UU del crudo venezolano.
Adicionalmente –enfatizó- en 2011 intensificó su campaña de descrédito contra PDVSA, promoviendo declaraciones por parte de reconocidas calificadoras de riesgos para pronosticar un default por parte de Venezuela, ante un inminente fallo arbitral que obligaría a pagar cerca de $ 20 mil millones.
“Esta corporación está acostumbrada a avasallar y someter a muchos de los países petroleros que considera débiles”, concluyó el diputado.
Prensa Parlatino