Pablo Pérez: Ledezma, un alcalde secuestrado

Pablo Pérez: Ledezma, un alcalde secuestrado

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Este gobierno ha venido cometiendo diversos atropellos que a todas luces violan la Constitución Nacional, sobre todo contra los liderazgos que desde la disidencia democrática impulsan un cambio. Un cambio que permita no sólo recuperar la salud de la democracia venezolana, sino superar la profunda crisis que es la consecuencia de 16 años de errores y despilfarro.

Antonio Ledezma es una de las víctimas más conocidas al igual que Leopoldo López. Ambos acusados de delitos que no cometieron, pero que la justicia trata de usar para sacarlos del juego democrático y sembrar un precedente en el marco de la estrategia que busca sembrar miedo, para que la gente sienta que aquí sólo hay un camino: la resignación.

A Ledezma prácticamente lo secuestró el gobierno porque recordemos que el pasado 19 de febrero más de 100 hombres armados y encapuchados, lo sacaron a la fuerza de su oficina en medio de empujones y amenazas de todos los calibres. Luego nada se supo de él hasta la madrugada del día siguiente y finalmente fue trasladado a la cárcel militar de Ramo Verde con un despliegue policial digno de una película.

Hoy Antonio Ledezma está en su casa recuperándose de una intervención quirúrgica, pero rodeado de un operativo policial que sólo merecen los delincuentes que dirigen a peligrosas organizaciones criminales. Pero el secuestro no le ha salido del todo bien al gobierno, porque las reacciones internacionales han sido muy duras en la defensa de un Alcalde legítimamente electo y reelecto a pesar de todo lo que el gobierno ha hecho por reducir y cercar su mandato.

¿Por qué Ledezma es tan peligroso para el gobierno? Primero porque es un demócrata a carta cabal que los ha derrotado dos veces en lo que ellos consideraban su bastión impenetrable que es Caracas. Y como venganza iniciaron toda una operación de sabotaje a su gestión: le crearon una figura paralela de gobierno designado por el Presidente, le han despojado de competencias y le niegan los recursos para hacer su trabajo. No conformes con eso le montan esa olla judicial con delitos que no ha cometido.

Ledezma es peligroso para el gobierno porque cree en la democracia y en el estado de derecho. Hasta huelgas de hambre ha realizado en protesta por sus derechos vulnerados como legítimo Alcalde Mayor de Caracas. Es peligroso porque cree en la descentralización real y no en esa que sólo aparece en los discursos del gobierno que se jacta de hablar de pueblo y no respeta la decisión del pueblo.

Hoy es un Alcalde secuestrado por el gobierno. Un Alcalde castigado por pensar distinto. Un demócrata que cree en un cambio positivo en Venezuela. Un hombre sencillo que se ha dedicado a resolver los problemas de los caraqueños, a pesar de haber sido despojado de competencias y cuantiosos recursos. A pesar de todo eso, Ledezma es un burgomaestre exitoso y eso no lo perdona el gobierno.

La estrategia del miedo tiene un límite y ese límite es la paciencia de un pueblo que se siente castigado, cercado y hasta silenciado por un gobierno que sólo cree en la obediencia ante todo lo que ellos hagan. Este es un pueblo que va a despertar en las urnas en las elecciones parlamentarias porque quiere soluciones a sus problemas, la libertad de los presos políticos como Ledezma y Leopoldo, pero también el regreso de todos los que han debido exiliarse ante la persecución oficial como es el caso de Manuel Rosales quien es uno de los primeros demócratas que fue perseguido injustamente por el régimen.

Venezuela está en camino de despertar. Vamos a salir de la pesadilla. Pero esa solución necesita de la participación de todos los que creemos que hay un camino distinto al actual ¿Quieres recuperar la esperanza en Venezuela? Participa ¿Quieres rescatar tu calidad de vida? Participa. Quien no participe ayuda al gobierno.

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