Estas ratas saben cómo detectar bombas con el olfato y podrían salvar las vidas de miles de personas que acaban pisando minas enterradas cada año. APOPO es una ong belga que entrena ratas de Gambia para detectar minas terrestres, y creen que este sueño podría hacerse realidad. Operativos desde 1997, sus ratas pueden rastrear de forma efectiva un área de 200 metros cuadrados en 30 minutos, mientras que a humanos con detectores de minas les llevaría 25 horas de trabajo. La media de muertes al día relacionadas con minas en 2013 fue de 9.
Ninguna de estas ratas heroicas ha muerto en servicio. Una mina normal requiere un peso de 5 kilos o más para detonar, y las ratas entrenadas más pesadas no sobrepasan el kilo y medio. Además, se aplica protector solar a las orejas de las ratas para protegerlas del cáncer de piel. Una vez que una rata ya no puede trabajar o es demasiado vieja, se retira y se le permite disfrutar del resto de su vida natural.
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