Ariel, la protagonista de “La Sirenita”, vivía en la ciudad submarina de Atlántica, que quedaba en alguna parte del Océano Atlántico… Probablemente ya conoces el resto de la historia.
Algunas personas se han preguntado -con el correr de los años y simplemente por hacer funcionar la creatividad- qué pasaría si este personaje hubiese vivido en otros mares del planeta… Un experto en evolución acuática, el profesor Joseph Shaw de la Universidad de Indiana en EE.UU, sacó sus propias conclusiones y trabajó en conjunto con la artista visual Monique Steel para reflejarlas:
Esta sería la pequeña Ariel del arrecife de coral:
“En los arrecifes de colar, uno esperaría quizás los más atractivos fenotipos que incluirían patrones de hermosos colores en las colas, muchos ejemplos de mimetismo con el ambiente y un increíble vista para aprovechar las aguas claras y los rayos del sol“. dICE Shaw. Además señala que serían muy pequeñas, para esconderse de sus depredadores entre los corales.
La Ariel del océano abierto viajaría en grupos:
Según Shaw las sirenas que viven en las profundidades del océano abierto serían muy rápidas y fuertes porque tendrían que cubrir mucho terreno y enfrentarse a grandes peligros. Además, serían muy sociables y viajarían en grupos.
Ariel del ártico tendría unos kilos de más:
Debido al frío del Océano Ártico, Shaw cree que Ariel y las sirenas deberían adaptarse a aguas muy heladas por lo que tendrían que tener más grasa corporal para soportar el frío. Además, estas criaturas serían más lentas, tendrían un metabolismo lento y serían de colores pálidos para camuflarse en los témpanos de hielo y la nieve.
La Ariel de las profundidades sería terrorífica:
En las profundidades del océano se podría esperar que Ariel tuviera un gran sentido del tacto para orientarse en un lugar tan oscuro donde casi no podría ver. Incluso, podría adquirir bioluminiscencia para atraer a sus parejas potenciales o a sus comidas.
Vía Upsocl.com