Durante la campaña electoral en la que competíamos por el cargo de concejal del municipio Valencia, que hoy ejercemos, nos comprometimos con nuestros electores a no abandonar las calles y continuar permanentemente en contacto con sus comunidades. Y así lo hemos hecho.
En este año y medio de gestión hemos podido observar no solo desde nuestra perspectiva, sino a través de la visión de nuestros vecinos, como el fatalismo, la impotencia y hasta la indiferencia se ha apoderado de un grupo importante de venezolanos, originado por el deterioro cada vez más feroz, de nuestra calidad de vida, que a veces pareciera irremediable.
Hoy, frente a unas elecciones parlamentarias, en las cuales la unidad democrática tiene la oportunidad de ganar cómodamente, en virtud a la necesidad de cambio manifestada por más del setenta por ciento de la población, corresponderá a los candidatos que representen a esta alternativa democrática, la titánica pero imprescindible tarea de explicar y convencer a un pueblo cansado de promesas, que las elecciones no son una pérdida de tiempo, sino por el contrario la mejor vía que nos da la democracia para generar los cambios que los beneficiarán directamente.
Pero a nuestro juicio, para conquistar ese triunfo, quienes hacemos trabajo político y en especial los candidatos de cada circuito, tenemos perentoriamente, que cambiar la forma de hacer las cosas.
Si queremos llegar lejos, debemos acercarnos, respetando las preferencias políticas de todos los vecinos de nuestras comunidades, escuchar sus necesidades de cambio, sin prometer imposibles, explicando claramente las funciones que cumplirán quienes resulten electos en esta oportunidad. Tendremos que junto a ellos, exigir el cumplimiento de las funciones de los gobernadores, alcaldes, concejales en ejercicio, sin justificar sus incumplimientos por el hecho de ser compañeros de partido o de pertenecer a la unidad.
Los candidatos del PSUV no podrán ofrecer cambios, porque se le movería el piso al gobierno, y es poco o nada lo que tiene que mostrar como hechos cumplidos.
Por lo que recae en quienes creemos en la necesidad de un cambio en la conducción del país, la obligación de demostrar que los que llegaron al poder prometiendo acabar con la corrupción, exclusión y ofreciendo soberanía alimentaria son las únicas personas a las que les alcanza el sueldo y consiguen los alimentos y medicamentos que necesitan sin hacer colas ni mucho menos tener que esperar el día de terminal de cédula para hacer sus compras, que la inseguridad no es problema para ellos porque andan con guardaespaldas que la cantidad y calidad del agua que llega a sus casas no les importa porque grandes tanques y filtros que hacen que sus familias no pasen incomodidades.
Los candidato que representen al régimen, no podrán reconocer la necesidad de cambio y se dedicarán a endilgar responsabilidades a agentes externos, y no a buscar la solución a las necesidades de la gente, lo que sin duda los podrá en una sintonía diferente a la sociedad venezolana.
Acercarnos, escuchar e invitar, sinceramente, a cada ciudadano a contribuir con sus talentos en la construcción de una Venezuela mejor, es la nueva forma de hacer política que se impone para dar respuesta al clamor de cambio que la mayoría de los venezolanos aspiramos.
@judithsukerman