“Mientras el Presidente Santos se pasea por el mundo, exhibiendo su paz habanera, afirmando categóricamente que ya estamos en el posconflicto, el país se cae a pedazos día a día. Parece que viviera una realidad paralela.
Atentados contra la infraestructura, como el atentado al oleoducto de Caño Limón Coveñas, donde 12 familias resultaron afectadas viendo como sus casas se incineraban por causa de los “hechos de paz” de los terroristas de las Farc, son muestras claras de cómo van estas negociaciones.
Por ejemplo, hace dos semanas, en el Putumayo, miembros del frente 48 detuvieron una caravana de carro tanques y vaciaron su contenido. En dicha ocasión cerca de 200 mil galones de crudo alcanzaron fuentes hídricas afectando a 7 mil familias y con un inminente riesgo de que el crudo llegue al mar.
No veo ninguna organización ambientalista, no veo a Green Peace, no veo a las Naciones Unidas, no veo a ninguna de esas que reciben millonarias donaciones diciendo absolutamente nada frente a esta contaminación de los ríos, frente a que las aguas lleguen envenenadas para que se la tomen los pobladores. Si les preocupa tanto el Glifosato por qué se quedan callados con estos atentados criminales y terroristas?
Yo quisiera saber ¿si en las “giras diplomáticas” del gobierno darán a conocer estos crímenes contra la población y el medio ambiente?
Sería bueno que estos países vieran las imágenes con las que hoy amanecemos los colombianos y se preocuparan por conocer de primera mano la tragedia que se vive en este territorio.
¿Hasta cuándo va a cumplir el gobierno con su misión de salvaguardar la vida, integridad, bienes y derechos de los ciudadanos?
Son 1016 días de barbarie y dolor.”